lunes, 4 de mayo de 2015

Agradece el Papa la ardua tarea de la Guardia Suiza Pontificia

CIUDAD DEL VATICANO, 4 de mayo 2015 (VIS).-  ''Nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos''. En la historia de la Iglesia, muchos hombres y mujeres han aceptado la llamada de este gran amor. Los Guardias Suizos que lucharon durante el saqueo de Roma y dieron su vida por la defensa de la Papa, siguieron esta llamada. Y responder con dedicación a esta llamada significa seguir a Cristo'', ha dicho el Santo Padre FRANCISCO recibiendo esta mañana a los nuevos reclutas de la Guardia Suiza Pontificia que jurarán bandera pasado mañana, 6 de mayo.

''En los Ejercicios Espirituales San Ignacio de Loyola, que en su juventud había sido un soldado -relató FRANCISCO- habla de la ''llamada del Rey'', es decir de Cristo, que quiere construir su reino y elige a sus colaboradores. El Señor quiere construir su Reino con la ayuda de los hombres. Y necesita personas decididas y valientes...Al mismo tiempo, Ignacio compara el mundo a dos campamentos militares, uno con el estandarte de Cristo y el otro con el estandarte de Satanás. Sólo hay estos dos campos. Para el cristiano, la elección está clara: sigue el estandarte de Cristo''.

''Cristo es el verdadero Rey. Él va adelante, y sus amigos lo siguen. Un soldado de Cristo participa en la vida de su Señor. Esta es también vuestra llamada: asumir las preocupaciones de Cristo, ser sus compañeros -subrayó el Pontífice- Así aprendéis día a día a ''sentir'' con Cristo y con la Iglesia. Un Guardia Suizo es una persona que verdaderamente quiere seguir al Señor Jesús y que ama especialmente a la Iglesia; es un cristiano con una fe genuina. Todo esto, queridos jóvenes, como todos los cristianos, lo podéis vivir gracias a los sacramentos de la Iglesia, con la participación asidua en la misa y la confesión frecuente. Podéis vivirlo leyendo todos los días el Evangelio. Os digo también a vosotros lo que digo a todos: tened siempre a mano un pequeño Evangelio, para leerlo apenas tengáis un momento de tranquilidad. También os ayuda vuestra oración personal, especialmente el Rosario, durante las ''guardias de honor." Y os ayuda el servicio a los pobres, a los enfermos, a los que necesitan una palabra buena''.

El Papa recordó que cuando los Guardias Suizos encuentran a la gente, a los peregrinos, les transmiten ''con su amabilidad y competencia este "gran amor" que viene de la amistad con Cristo. De hecho -exclamó- vosotros, los Guardias Suizos sois ¡un "cartel" de la Santa Sede! Os doy las gracias y os aliento a seguir siendo así''.

''Sé que vuestro servicio es arduo -concluyó-. Cuando hay tareas adicionales, siempre podemos contar con la Guardia Suiza. Os doy las gracias con afecto y os expreso mi gran aprecio por todo lo que hacéis por la Iglesia y por mí, como Sucesor de Pedro''.