martes, 12 de mayo de 2015

Vicario de Paksè: “Esperemos que los 17 mártires de Laos puedan celebrarse juntos”

Paksè, LAOS (Agencia Fides, 12/05/2015) – “Estamos muy contentos por el reconocimiento del martirio del Padre Mario Borzaga, joven misionero de los Oblatos de María Inmaculada, y del catequista laosiano Paul. Esperamos con interés el resultado exitoso de la segunda causa de beatificación, que todavía está abierta, y que se refiere a los otros 15 mártires, entre misioneros y laicos laosianos”, dice en una entrevista con la Agencia Fides, Su Exc. Mons. Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, Vicario Apostólico de Pakse en el sur de Laos, y responsable de la oficina para los mártires de la Conferencia Episcopal de Laos y Camboya (CELAM).

El Vicario acaba de regresar a Laos desde Phnom Penh: capital de Camboya en la que se ha llevado a cabo la asamblea de la Conferencia Episcopal a la que han asistido los cuatro obispos laosianos. Durante el encuentro se ha recibido la noticia desde Roma, del decreto de la Santa Sede reconociendo el martirio de Borzaga y el martirio de Paul, noticia que ha generado una gran “alegría, satisfacción y esperanza”, remarca. “La experiencia de encuentro siempre es fructífera, es muy valiosa para nosotros los obispos de Laos. Compartimos esta buena noticia para nuestra Iglesia. Estamos creciendo en el intercambio y la colaboración entre los obispos”, ha dicho el vicario.


Sobre los mártires, dice: “Nos gustaría celebrarlos a todos juntos. Los 17 pertenecen al Vicariato de Luang Prabang. No sabemos cómo, dónde y cuándo vamos a celebrar la misa de beatificación. Evidentemente será un evento de gran testimonio cristiano que verá involucrada a toda la Iglesia de Laos. Esperamos que sea todo en una única celebración que pueda tener lugar en Laos. Queremos hacerlo en Laos; sería muy significativo para el pequeño rebaño de nuestra Iglesia. Y creo que podríamos tener posibilidades concordándolo con las autoridades civiles”.

El obispo refiere como la iglesia local, a pesar de vivir en condiciones difíciles a veces, continúa su labor pastoral, confiando en la Providencia: y este reconocimiento del martirio “es realmente un regalo de Dios para la pequeña Iglesia en Laos”, remarca.