Según Mons. Doeme estos ataques, aunque son dolorosos por el elevado número de víctimas, “pretenden demostrar que el grupo todavía está vivo y es capaz de hacer daño, después de las últimas ofensivas militares. Sin embargo sabemos que Boko Haram ha sufrido pérdidas significativas y ha perdido el control de varios territorios. La derrota de los combatientes de Boko Haram no sucederá en un día. Será necesario irrumpir en sus bastiones, sobre todo en el bosque, y a continuación, proceder a su desarme completo”.
Esperamos que esto suceda en un futuro próximo. Seguimos orando para que así sea”, concluye el Obispo.