La
CICG reúne asociaciones nacionales de guías católicas y organizaciones
nacionales interconfesionales de guías. Su finalidad es ayudar a las
asociaciones miembro a transformar el guidismo en un auténtico
instrumento de educación a la fe y a dar a conocer la riqueza
pedagógica, las actividades formativas y la experiencia en el ámbito de
la colaboración interconfesional
El Santo Padre subrayó la excelencia del tema elegido para la reunión que se puede transformar en un magnífico programa: ''proclamar a los demás, con el testimonio de nuestras vidas, que encontrar a Jesús nos hace felices... nos libera y nos sana... nos abre a los otros y nos empuja a anunciarlo en especial a los más pobres, a los que están más lejos, más solos y abandonados''.
Después
de invitar a las delegadas a ser fieles a los principios de su
movimiento y a entablar un diálogo sincero con las guías de culturas y
religiones diversas, en el respeto de las convicciones de cada uno y en
la afirmación serena de su fe e identidad católicas, habló de su
reciente Encíclica ''Laudato si''' donde afirmaba que la educación a la
ecología es esencial para transformar la mentalidad y los hábitos, con
el fin de superar los inquietantes retos que enfrenta la humanidad en
materia de medio ambiente. ''Creo que el movimiento de las guías, que en
su pedagogía otorga un lugar importante al contacto con la naturaleza,
está especialmente predispuesto para ese fin -señaló- Espero que las
guías puedan captar siempre la presencia y la bondad del Creador en la
belleza del mundo que las rodea. Esta actitud contemplativa las llevará a
vivir en armonía con ellas mismas, con los demás y con Dios. Es una
nueva forma de vida, más conforme al Evangelio, que podrán transmitir a
los entornos en los que viven''.
Por
último el Papa reiteró la importancia de que la mujer sea valorada como
le corresponde y de que ocupe plenamente el lugar que se merece, tanto
en la Iglesia como en la sociedad. ''En este sentido -dijo- el papel de
las asociaciones educativas como la vuestra que se dirigen a las jóvenes
es absolutamente crucial para el futuro, y vuestra pedagogía debe ser
clara en estas cuestiones. Estamos en un mundo en el que se propagan
ideologías contrarias a la naturaleza y al plan de Dios para el
matrimonio y la familia. Se trata, por lo tanto, de educar a las niñas
no sólo a la belleza y la grandeza de su vocación de mujer, en una
relación justa y diferenciada entre el hombre y la mujer, sino también a
asumir importantes responsabilidades en la Iglesia y en la sociedad. En
algunos países, donde las mujeres aún se encuentran en una posición de
inferioridad, e incluso son explotadas y maltratadas, estáis llamadas a
jugar un papel importante en la promoción y la educación. También os
pido que no olvidéis la necesaria y explícita apertura de vuestra
pedagogía a la posibilidad de una vida consagrada al Señor, de la cual
el movimiento de las guías ha sido tan fecundo en su historia''.