El
Papa escribe al Nuncio Apostólico en Francia, que se une a través de la
oración al dolor de los familiares de la víctima del atentado en
Saint-Quentin Fallavier así como al de los parientes de los heridos y
una vez más ''condena la violencia que genera tanto sufrimiento''.
Francisco invoca al Señor para que conceda el don de la paz y bendice a
las familias sometidas a tan dura prueba y a todos los franceses.
A
través del Nuncio Apostólico en Túnez, FRANCISCO manifiesta su profundo
pesar a los tunecinos y a las familias de los fallecidos en el atentado
de Sousse y, reiterando su condena de la violencia, pide a Dios que, en
su misericordia los acoja en su luz, bendiciendo al mismo tiempo a los
heridos y a sus seres queridos, así como a todos los ciudadanos de
Túnez.
En
el tercer telegrama, el Santo Padre declara su tristeza por la trágica
pérdida de vidas y por las lesiones causadas durante el atentado a una
mezquita en Kuwait City y ofrece fervientes oraciones por las víctimas y
por todos los que las lloran. Deplora estos actos de barbarie y
reafirma su cercanía espiritual a las familias alentando al pueblo
kuwaití a no desanimarse frente al mal, e invoca para la entera nación
el consuelo y el amor sanador del Todopoderoso.