CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.mx - 18 de enero de 2017).- Al final de la catequesis el Papa FRANCISCO saludó, como es habitual, a los
fieles y peregrinos procedentes de diversos países presentes en el Aula
Pablo VI. Buena parte de las palabras de sus palabras estuvieron
dedicadas a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que
empieza hoy, como recordó en primer lugar a los peregrinos de habla
francesa. “Nuestra esperanza de unidad se expresa a través de nuestra
oración –dijo–, una esperanza que no defrauda. Os invito a rezar por
esta intención”.
El Pontífice saludó posteriormente a los peregrinos de habla inglesa y
a los de habla española pidiéndoles que «rezasen insistentemente al
Padre por la unidad de todos los cristianos».
“Saludo a los peregrinos de lengua alemana –prosiguió– Al comienzo de
la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos doy una cálida
bienvenida, en particular, a la delegación del Itinerario Ecuménico
Europeo, dirigida por la señora Dean Annette Kurschus. Queridos hermanos
y hermanas, vuestra etapa en Roma es un signo ecuménico importante, que
expresa la comunión alcanzada entre nosotros a través de la vía del
diálogo en las últimas décadas. El Evangelio de Cristo está en el centro
de nuestras vidas y une a las personas que hablan diferentes idiomas,
residen en diferentes países y viven la fe en diferentes comunidades.
Recuerdo con emoción la oración ecuménica en Lund, Suecia, el pasado
31 de octubre. En el espíritu de aquella conmemoración conjunta de la
Reforma, nos fijamos más en lo que nos une que en lo que nos divide, y
continuamos nuestro viaje juntos para profundizar nuestra comunión y
darle una forma cada vez más visible.
En Europa esta fe común en Cristo es como un hilo verde de esperanza:
pertenecemos los unos a los otros. La comunión, la reconciliación y la
unidad son posibles. Como cristianos, tenemos la responsabilidad de este
mensaje y tenemos que testimoniarlo con nuestras vidas. Dios bendiga
esta voluntad de unión y guarde a todas las personas que caminan por el
camino de la unidad”.
También saludó a los peregrinos de lengua portuguesa, en particular a
los jóvenes del grupo "Los violines de Brasil Tropical", a quienes
reiteró que el Octavario por la Unidad de los Cristianos era “un motivo
más de llamada a nuestra comunión de oraciones y esperanzas. El
movimiento ecuménico está fructificando con la gracia de Dios –afirmó–
¡Que el Padre celestial siga derramando sus bendiciones tras las
huellas de todos sus hijos!. Queridísimos hermanos y hermanas: servid a
la causa de la unidad y de la paz”.
Una cordial bienvenida fue a los fieles de lengua árabe, en
particular a los procedentes de Oriente Medio. “¡Queridos hermanos y
hermanas –exclamó– la oración es la llave que abre el corazón
misericordioso de Dios!. Es la fuerza más grande de la Iglesia que nunca
debemos dejar. Sed perseverantes y concordes en la oración, como la
Virgen y los apóstoles”.
El Papa recordó a los peregrinos polacos que el lema de esta Semana
de Oración “Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia” era un reto
para todos. “Roguemos al Señor para que todas las comunidades
cristianas, al conocer mejor su propia historia, teología y derecho, se
abran cada vez más a la reconciliación. ¡Que el Espíritu de
benevolencia y comprensión así como el deseo de trabajar juntos nos
impregne!”.
“¡Saludo a los peregrinos de Croacia! –dijo después– Y doy la
bienvenida con especial alegría a los niños y jóvenes de Bosnia y
Herzegovina, junto con las familias que los acogen en Sicilia. Queridos
niños, pasando tiempo juntos como hermanos y hermanas en las familias
que os alojan, tenéis la oportunidad de crecer en un atmósfera de
esperanza. Sólo así, vosotros jóvenes católicos, ortodoxos y
musulmanes, podréis salvar la esperanza para vivir en un mundo más
fraterno, justo y pacífico, más sincero y más humano. Permaneced siempre
firmes en la fe y rezad por la paz y la unidad de vuestro país y del
mundo entero. Agradezco sinceramente a las familias de acogida por el
ejemplo de amor y solidaridad cristiana: los huérfanos siempre deben ser
defendidos, protegidos y acogidos con amor. Os aseguro mi cercanía
espiritual y de corazón os imparto a todos mi bendición apostólica”.
Al final se dirigió a los italianos, saludando a la peregrinación de
las Hermanas Agustinas Siervas de Jesús y María, a los religiosos
agustinos y a la Asociación de Notarios católicos, acompañados por el Arzobispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino. “Expreso a todos la
esperanza de que la visita a la Ciudad Eterna empuje a cada uno de
vosotros a profundizar en la Palabra de Dios para reconocer a Jesús
como el Salvador”.
Por último, saludó a los jóvenes, a los enfermos y a los recién
casados. “Hoy comienza la Semana de Oración por la Unidad de los
Cristianos, que este año nos hace reflexionar sobre el amor de Cristo,
que apremia a la reconciliación. Queridos jóvenes, rezad para que todos
los cristianos vuelvan a ser una sola familia; queridos enfermos,
ofreced vuestros sufrimientos por la causa de la unidad de la Iglesia; y
vosotros, queridos recién casados, haced experiencia de ese amor
gratuito, que es el de Dios por la humanidad”.
Estas fueron sus palabras en español:
"Queridos hermanos y hermanas:
Hoy el profeta Jonás nos invita a reflexionar sobre el vínculo entre
esperanza y oración. Jonás es enviado a Nínive, ciudad enemiga de Israel
y por tanto indigna de la misericordia de Dios, para predicar su
conversión. Jonás no lo entiende y huye.
En el barco encontrará a unos paganos que al verse en peligro por una
tempestad se ponen a rezar e invitan al profeta a unirse a ellos. Ante
la muerte, el hombre reconoce su fragilidad y se abre a Dios con una
oración llena de esperanza. Jonás asume su responsabilidad y se
sacrifica para que los paganos se salven. En ellos se opera un milagro
aún más grande: gracias a esta experiencia de muerte logran encontrar al
Dios de la vida, transformándose su oración en una acción de gracias.
Más tarde, el rey de Nínive tras oír las predicaciones de Jonás, se
confía a la misericordia y llama a todos a la oración y a la penitencia,
salvando así la ciudad.
Saludos:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en
particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la
oración, nuestra esperanza no se ve defraudada. En esta Semana de
oración que hoy iniciamos pidamos insistentemente al Padre por la unidad
de todos los cristianos. Que Dios los bendiga".