Morona Santiago, ECUADOR (Agencia Fides, 17/01/2017) – “Queremos manifestar nuestra profunda
preocupación y firme denuncia de los acontecimientos recientes con
relación al pueblo Shuar del Ecuador en la provincia de Morona Santiago,
específicamente con respecto al desalojo de los pobladores, indígenas y
campesinos, de la comunidad Nankints en favor de los intereses de la
empresa minera china Ecuacorrientes S.A”: estas son las palabras de la
nota enviada a la Agencia Fides por la REPAM (Red Eclesial
Panamazónica).
“Campesinos e indígenas han compartido este espacio durante mucho
tiempo. El desencadenante del conflicto actual se relaciona claramente
con la política de sobre explotación de los bienes naturales que se ha
impuesto en la región amazónica concediendo derechos a grupos privados,
vulnerando gravemente los derechos humanos y la protección de los
ecosistemas” continua la nota.
“Hacemos un llamado urgente al respeto de los derechos (sobre todo al de
consulta previa, libre e informada para los pobladores), al diálogo
sensato, al cese urgente y no repetición de un estado de excepción que
favorece un contexto de mayor confrontación y violencia, y a privilegiar
los intereses de las comunidades que han habitado en esos territorios
por encima de los intereses extractivos externos”.
El 12 de enero, el gobierno del presidente Correa ha extendido durante
30 días más, el “estado de emergencia” debido al conflicto entre la
comunidad Nankints y la empresa minera china Exsa. Según la prensa
ecuatoriana, el estado de emergencia sirve sobre todo para militarizar
la zona, para invadir las casas de los campesinos, o prohibir reuniones
de todo tipo. En los primeros días de enero ha habido enfrentamientos
entre residentes y fuerzas de seguridad que han causado la muerte de un
militar y la detención de varios residentes.
La Confederación Nacional de los Indígenas de Ecuador (CONAIE) ha
denunciado que no hay pruebas en contra de los campesinos por los actos
de violencia que se produjeron en diciembre de 2016 y enero de 2017.
“Extender el estado de emergencia durante 30 días es una señal clara de
la provocación y la incapacidad del gobierno para resolver los problemas
de forma pacífica. Lo que ha hecho el estado ha sido simplemente quitar
los derechos a las comunidades”, se lee en el comunicado de la CONAIE.