Buenaventura, COLOMBIA (Agencia Fides, 22/05/2017) – “Buenaventura ya no está para planes de
choque, necesita soluciones estructurales para sus problemas
estructurales. No pañitos de agua tibia, hay que intervenir-2 ha dicho
Mons. Héctor Epalza Quintero, P.S.S., obispo de Buenaventura en una
entrevista al diario “El Tiempo” después de otra interrupción del
diálogo entre los manifestantes y el gobierno con respecto a la huelga
general de los trabajadores del puerto. El viernes 19 de mayo, se han
producido otras manifestaciones violentas y toda la ciudad y el puerto
de Buenaventura han quedado paralizados.
El bloqueo de todas las instituciones de la ciudad para protestar por la
falta de servicios del gobierno central comenzó el lunes 15 de mayo, de
forma pacífica pero decidida .El hospital cerrado y la inseguridad de
la población, son los puntos principales de las manifestaciones que han
sacado a las calles a los trabajadores y a los ciudadanos hasta el
viernes 19, cuando se ha desencadenado una vandalismo sin precedentes.
La policía y la intervención militar han sido necesarias para
restablecer la calma después de que un gran número de tiendas fuesen
devastadas y saqueadas. El alcalde y la prefectura han impuesto un toque
de queda y al día siguiente se ha regresado a la calma.
“Los obispos del Pacífico y el arzobispo de Cali hicimos un comunicado
donde reafirmamos nuestro acompañamiento y solidaridad con el pueblo de
toda la costa Pacífica, de Quibdó, de Buenaventura, que ha estado tan
marginado, al que le han hecho tantas promesas y muy pocas han sido
cumplidas” ha reiterado Mons. Epalza en la misma entrevista. Ante la
pregunta de si considera que hay posibilidades de que se reanude el
diálogo Mons. Epalza responde: "Depende. Si el Gobierno manda
funcionarios competentes para negociar con los manifestantes, sí se
puede”.
El puerto de Buenaventura es fundamental para la economía del país, en
sólo cinco días de huelga, se ha detenido la entrega de 11 millones de
toneladas de mercancías en todo el país. Por no hablar de los Productos
pendientes de autorización de descargas de las naves porque no hay sitio
en el puerto. La situación comienza a preocupar incluso a los
empresarios y a las empresas de transporte.