Roma, ITALIA (Agencia Fides, 29/05/2017) – “Reflexionaremos juntos sobre la 'Misión corazón
de la fe cristiana' a la luz de la Exhortación Apostólica misionera del
Papa Francisco Evangelii Gaudium. Dejémonos formar y pongámonos en tela
de juicio para que nunca nos falte el coraje de la conversión, del
discernimiento y de la auténtica transformación de cada uno de nosotros y
de las instituciones en las que servimos, es decir las OMP”.
Presentando, con estas palabras, el tema de reflexión de la asamblea, Su
Exc. Mons. Protase Rugambwa, Secretario adjunto de la Congregación para
la Evangelización de los Pueblos y Presidente de las Obras Misionales
Pontificias (OMP) ha abierto esta mañana los trabajos de la Asamblea
general de las OMP, que se celebrarán en Roma hasta el sábado 3 de junio.
En el saludo y los agradecimientos a todos los que “trabajan en nombre y
por cuenta de las OMP”, el arzobispo Rugambwa ha señalado: “En plena
comunión con el Santo Padre, Francisco, seguimos animándonos
recíprocamente de manera que, sin ningún temor y con gran gozo, el
anuncio de la Pascua de Cristo, muerto y resucitado, haga de la Iglesia
una comunidad reconciliada, abierta y acogedora para todos, siempre en
salida, para llevar y comunicar a todos la eficacia de la salvación. Sin
excepciones, todos en el corazón de la evangelización para que las
iglesias redescubran la única misión que les ha confiado el Señor
Jesucristo,el centro de su fe cristiana”.
Al hacer un resumen de sus actividades del último año, el Presidente de
las OMP ha citado la conclusión de los trabajos de integración en los
Estatutos de los textos relativos a la oficina administrativa y a la
Comisión de Finanzas; el establecimiento de una Comisión para los
desastres humanitarios; los encuentros continentales de los Directores
Nacionales de las OMP, que representan “un instrumento importante para
comparar, verificar y crecer en la comunión y la unidad al servicio de
la misión y de su animación”.
A continuación, Mons. Rugambwa ha anunciado la aprobación del Santo
Padre, de la propuesta de “proclamar un mes misionero extraordinario, en
octubre de 2019, para conmemorar el centenario de la promulgación de la
Encíclica Maximum illud y promover la tarea misionera de la Iglesia en
línea con la Evangelii Gaudium”. La Asamblea General dedicará parte de
los trabajos al tema, elaborando propuestas para el octubre misionero
2019. El Presidente también ha dado las gracias a la Comisión que está
trabajando para la introducción de un logotipo único compartido (common
brand), “para ayudarnos a afirmar internacionalmente la identidad única
de las OMP en el respeto de las diferencias y de las exigencias locales”.
En la segunda parte de su intervención, Mons. Rugambwa se ha detenido
para presentar algunos desafíos, recordando un discurso suyo de hace
cinco años: “No hemos agotado nuestra discusión y el debate sobre las
OMP como obras al mimos tiempo del Papa y de los obispos, la relación
entre la misión universal de la Iglesia y las OMP, su ubicación y la
cooperación con otras fuerzas misioneras, las leyes civiles relativas a
las organizaciones benéficas, las perspectivas y planes de trabajo”.
Luego, el Arzobispo ha pedido que se realice una discusión franca y
abierta, “sobre el futuro de instituciones que no pueden seguir adelante
simplemente por la repetición obsoleta de lo que siempre se ha hecho”,
ha pedido que se tenga “audacia y creatividad en el discernimiento y en
el replanteamiento de nuestras estructuras, estilos y métodos” así como
que se “redescubra la misión en el corazón de la fe cristiana”.
“En el centro y en las periferias de nuestro trabajo de animación,
recopilación y distribución – ha continuado diciendo - tenemos que
crecer en una mayor armonía y cooperación a través de una conversión
renovada que supere las formas inadecuadas y molestas del afán de
protagonismo antievangelico”.
Mons. Rugambwa ha concluido su discurso afirmando: “Estas provocaciones
deben ser objeto de reflexión, deben ser pensadas, analizadas y llevadas
a la oración. No se trata de hacer todo de inmediato. No se trata de
hacer cambios violentos. Es más bien un cambio de mentalidad y de la
modalidad del trabajo apostólico de las OMP. Cuanto más al centro de
nuestro interés, de nuestra pasión, estén las verdaderas necesidades de
la misión, mayor será nuestra conversión, como la muerte del
protagonismo y el nacimiento del servicio eclesial, fraterno y
evangélico que salva”.