El Cardenal ha continuado manifestado los aspectos esperanzadores de la situación eclesial local (como el dinamismo y el crecimiento de la fe y un renovado interés por el Evangelio y la misión), fruto del trabajo de sacerdotes y religiosos, pero sin callar algunos problemas, como una vida espiritual más bien mediocre del clero, las divisiones, envidias, rencores, deseos de hacer carrera por parte de algunos presbíteros y personas consagradas. “Como sacerdotes y religiosas, responsables de la Iglesia local, – ha recordado el Cardenal -, estáis llamados a ser “la sal y la luz” en esta sociedad, siguiendo el ejemplo de Jesús, Buen Pastor. Debéis vivir fielmente y con alegría vuestra identidad sacerdotal y religiosa”.
Luego el Prefecto del Dicasterio Misionero ha reiterado que “la Iglesia, por su misma naturaleza, es misionera. Por este motivo, la evangelización es una prioridad” y ha subrayado que la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium “debería constituir el punto de referencia para la Iglesia de Malabo y de toda Guinea Ecuatorial, llamada también a un camino de conversión y a un fuerte compromiso de evangelización”.
“Hay que anunciar a Cristo, ir a las periferias” ha exhortado el Cardenal, subrayando en particular el valor del testimonio y tres aspectos que le están vinculados: la vida espiritual, moral y pastoral.
“La vida espiritual del sacerdote y del religioso debe estar animada y guiada por el Espíritu de Dios, que nos conduce a la santidad, perfeccionada por la caridad”; “el sacerdote y los religiosos deben acoger el celibato 'con una libre y amorosa decisión que ha de renovarse continuamente', siendo conscientes de la debilidad de la propia condición humana”; para dedicar toda la vida y todas las fuerzas al servicio de la Iglesia, tenemos necesidad de la caridad pastoral de Jesús, que ha dado la vida por su rebaño.
Debemos imitar a Jesús en la donación de sí mismo y en su servicio”.
Por último, el Prefecto del Dicasterio Misionero, ha dado las gracias a los sacerdotes y religiosos: “por el celo con que lleváis adelante la evangelización” - y los ha animado - “Caminemos hacia el frente, animados por el amor que compartimos por el Señor y por la Santa Madre Iglesia”.
Al final del encuentro, el Card. Filoni ha presidido la Misa para los sacerdotes, los religiosos y las religiosas en la Catedral “Santa Isabel” de Malabo. “Amor y don de sí son dos términos que surgen de las lecturas de hoy, que proponen una enseñanza preciosa y útil sobre cómo comportarse y relacionarse dentro de la comunidad eclesial, sacerdotal y religiosa” ha manifestado en su homilía, ha recordado que “la vocación cristiana, sacerdotal y religiosa es un don gratuito de Dios . Esta elección no se debe a nuestros méritos ni a una condición de alto nivel social o cultural. Esta elección es parte del mismo misterio de Dios, rico en misericordia y lleno de amor. De modo que ha de comprenderse y vivirse con verdad de fe y caridad de obras”.
En la vida comunitaria “quien busca la propia felicidad vive en el egoísmo y se aleja del amor. Quien, por el contrario, desea vivir en el amor, debe renunciar a la propia felicidad, abrirse a los demás” El Cardenal ha continuado diciendo: “contra las divisiones que puedan surgir en vuestras comunidades, como la rivalidad, la exclusión y el rechazo del otro por diferencias étnicas, de clase, de religión o de opinión, os exhorto a acoger el mensaje de amor de Jesús, que abraza, se da y perdona”.
El Card. Filoni ha terminado su homilía recomendando a todos que imiten al Santo Cura de Ars, “que enseñaba a sus parroquianos, sobre todo, con el testimonio de su vida. Su corazón estaba bien fundado en el amor a Dios y a los hermanos”.
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El texto completo del discurso del Card. Filoni (en español) -> http://www.fides.org/es/
El texto completo de la homilía del Card. Filoni (en español ) -> http://www.fides.org/es/