viernes, 20 de marzo de 2015

Obispo asirio escribe a los yihadistas: "Nuestra Iglesia no se identifica con ningún grupo armado"

Hassaké, SIRIA (Agencia Fides, 20/03/2015) - La Iglesia Asiria de Oriente – a la que pertenecen los cientos de cristianos del valle del Khabur tomados como rehenes por los yihadistas del Estado Islámico (Is) - ha optado por no identificarse con ninguna de las partes enfrentadas en el conflicto sirio, insiste en que los cristianos son “extraños a la cultura de las armas” y establece claramente que ninguna facción o milicia paramilitar que opera en Siria puede presentarse como brazo armado conectado a las comunidades cristianas asirias. 

Estos son los contenidos de la carta que el Obispo asirio Afram Athnil ha dirigido a los líderes del Is para marcar las distancias con todos los grupos armados que luchan - incluidas las milicias de autodefensa formadas por asirios - y para pedir la liberación de los cientos de rehenes cristianos que todavía siguen en manos de los yihadistas. “En su carta - confirma a la Agencia Fides el arzobispo siro católico Jacques Behnan Hindo – el obispo Afram ha negado la existencia de una alianza con los soldados kurdos vinculados al PKK, y ha dado a entender que las milicias conocidas por el acrónimo 'Sotoro', e definidas en la prensa internacional como milicias cristianas asirias, nunca han tenido ningún mandato ni aprobación por parte de la Iglesia”. 

Mientras tanto, desde los pueblos asirios ubicados en la orilla oriental del río Khabur - abandonados por la población cristiana en febrero, después del ataque realizado por los yihadistas del Is a la zona - llegan noticias de saqueos y robos cometidos por las milicias kurdas. “En aquellos pueblos donde los yihadistas nunca habían entrado - informa a la Agencia Fides el Arzobispo Hindo, cabeza de la archieparquía sirio católica de Hassaké-Nisibi – los soldados kurdos han abierto todas las casas de los cristianos y robando los objetos y bienes de valor, comenzando por los ordenadores e incluso objetos más grandes. Los habitantes que han intentado entrar a sus casas han sido expulsados, pero pidiéndole antes el dejar las llaves. Estos fenómenos – concluye el Arzobispo - sugieren que la situación sobre el terreno es más complicada de los que a veces se dice”.