Después saludó a los jóvenes polacos que participan en el XIX encuentro de Lednica, la localidad situada cerca del lago en el que se cree que Mieszko - el primer monarca polaco- se bautizó en el año 966. ''De todo corazón comparto vuestra alegría, vuestro entusiasmo y vuestro deseo del Espíritu Santo ...Vuestra vida como la de los ...discípulos de Jesús no puede ser vacía, banal, sin objetivos... Abrid el corazón al Espíritu Santo para que os colme de sus dones.... Pedid que os acompañe cada día en el trabajo, en el estudio, en la oración, en la superación de vosotros mismos y en el hacer el bien...Transformad con El el mundo... Que El os ayude a asumir el gran diálogo con Dios, con el ser humano y con el mundo en nuestra etapa de la historia''.
También expresó su cercanía al pueblo chino por el trágico naufragio de una nave en el río Yantgze que ha causado centenares de víctimas, asegurando sus rezos por las víctimas, por sus familias y por todos los que trabajan en las operaciones de socorro.
Por último dedicó unas palabras especiales a los obreros de una sucursal italiana de Whirlpool manifestando el deseo de que su grave coyuntura laboral encontrase una solución rápida y equitativa en el respeto de todos y, en particular, de las familias. ''La situación de todo el país es muy difícil - afirmó - Es importante que haya un compromiso decidido para abrir caminos de esperanza''.
Esta fue su catequesis en castellano:
"Queridos hermanos y hermanas,
en la catequesis de hoy nos referimos a la pobreza, como condición de vida que pone a prueba la familia y la hace vulnerable. La pobreza azota a muchas familias en las periferias de las grandes ciudades y también en algunas zonas rurales. Muchas veces se ve agravada por la guerra, que es sin duda la madre de todas las pobrezas, depredadora de vidas, de almas y de los afectos más queridos. En medio de estas situaciones, muchas familias intentan vivir con dignidad, confiando en la bendición de Dios, convirtiéndose así en una auténtica escuela de humanidad que salva a la sociedad de la barbarie. Pero este reconocimiento no nos exime de nuestra obligación de velar con la oración y con la acción para que a nadie falte el pan, el trabajo, la educación y la sanidad. Es necesario que desde todas las instancias de la vida pública se pongan los medios para un nuevo orden social, que rompa la espiral perversa entre familia y pobreza que lleva la sociedad a la ruina. También nosotros cristianos debemos estar cada vez más cerca de las familias que sufren la pobreza. La Iglesia madre no debe olvidar nunca este drama de sus hijos. Ella también está llamada a ser pobre, practicando la simplicidad en su propia vida, de manera que llegue a ser fecunda y pueda dar una respuesta a tanta miseria.
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, Argentina, México, Venezuela, Guatemala, y Uruguay, así como a los venidos de otros países latinoamericanos. Pidamos a Dios que sostenga a las familias sometidas a la dura prueba de la pobreza, para que puedan seguir siendo en el mundo lugar de acogida y escuelas de auténtica humanidad. Que Dios los bendiga".