''A la luz de esa consideración -ha dicho el Santo Padre- es necesario continuar el estudio sobre la persona y la obra de Jan Hus, que ha sido durante mucho tiempo un tema de controversia entre los cristianos, mientras que hoy se ha convertido en un motivo para el diálogo. Esta investigación, llevada a cabo sin condicionamientos ideológicos, brindará un importante servicio a la verdad histórica, a todos los cristianos y a la sociedad, incluso más allá de las fronteras de vuestra nación''.
''El encuentro de hoy nos da la oportunidad de renovar y profundizar las relaciones entre nuestras comunidades -ha añadido- Muchas disputas del pasado piden ser revisadas a la luz del nuevo contexto en el que vivimos, y llegaremos a acuerdos y convergencias si enfrentamos las tradicionales cuestiones conflictivas con una mirada nueva. Por encima de todo, no podemos olvidar que la profesión común de fe en Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la que fuimos bautizados, ya nos une en lazos de auténtica fraternidad''.
''El Concilio Vaticano II -ha recordado- afirmaba que "la renovación de la Iglesia, que "consiste esencialmente en el aumento de la fidelidad a su vocación … es, sin duda, la base del movimiento hacia la unidad ... Esta renovación, por tanto, tiene gran importancia ecuménica''- Hoy en día, en particular, la necesidad de una nueva evangelización de tantos hombres y mujeres que parecen indiferentes a la alegre noticia del Evangelio, hace improrrogable el deber de renovación de toda estructura eclesial, de forma que favorezca la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús ofrece su amistad . Y la comunión visible entre los cristianos seguramente hará más creíble el anuncio''.
''Respondiendo a la llamada de Cristo a la conversión continua, que todos necesitamos, podemos avanzar juntos en el camino de la reconciliación y la paz. A lo largo de este camino aprendemos, por la gracia de Dios, a reconocernos unos a otros como amigos y a considerar las motivaciones de los demás bajo la mejor luz posible. En este sentido espero que se desarrollen lazos de amistad a nivel de las comunidades locales y de las parroquias. Con estos sentimientos me uno espiritualmente a la liturgia penitencial que celebraréis aquí en Roma. Dios, rico de misericordia, nos conceda la gracia de reconocernos todos pecadores y de sabernos perdonar unos a otros'', finalizó el Obispo de Roma.