En el curso de los cordiales coloquios se constataron las buenas relaciones entre la Santa Sede y Canadá, así como el espíritu positivo de cooperación y diálogo entre el Gobierno Federal y la Iglesia. En particular, se habló del compromiso de Canadá para defender y promover la libertad religiosa en el ámbito de los derechos humanos fundamentales.
Más adelante en la conversación se trataron algunas cuestiones de política internacional, con referencia a Europa y a Oriente Medio y a las perspectivas de paz en esa región. También se habló de la lucha contra el terrorismo y de cuestiones ambientales.