Damasco, SIRIA (Agencia Fides, 15/02/2016) – Un “gesto de revuelta contra la muerte y la
destrucción”: con esta frase el Arzobispo Samir Nassar, cabeza de la
Archidiócesis maronita de Damasco, define las tres capillas que la
comunidad local maronita ha decidido construir en los barrios de la
periferia de la capital siria, golpeados con fuerza por el conflicto
armado que aflige al país desde hace casi cinco años. El primero de los
tres lugares de culto, dedicado a lo Mártires de Damasco del 1860, ha
sido inaugurado hace unas semanas, mientras que los otros dos serán
terminados en los próximos meses.
En un informe de resumen, enviado a la Agencia Fides, el Arzobispo
Nassar describe con emoción la preocupación expresada por toda la
comunidad local maronita de hacerse cargo de los tres proyectos, porque
representa un signo concreto “de la esperanza y la confianza en el
futuro de la Iglesia en Siria” en este “año de misericordia y de gran
sufrimiento”.
En su declaración, el arzobispo maronita ha recordado la figura del
diácono Camille, quien fue Asesinado en marzo de 2013, por la metralla
de un proyectil de mortero mientras se encontraba cerca de la iglesia.
Después de ese evento - explica Mons. Nassar - “dije a los sacerdotes
que podían marcharse de la ciudad, si querían, porque la diócesis no
tenía derecho a mantenerlos en esa condición. Todos ellos me
respondieron: usted se queda, nosotros nos quedamos”. Desde entonces,
estos sacerdotes que “se aferran a su misión bajo las bombas” - remarca
el arzobispo - también representan “la carta ganadora y la garantía del
futuro de un cristianismo martirizado que se niega a morir”.