Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 01/02/2016) - “Se trata de un desafío al ejercito de Nigeria”
dice a la Agencia Fides, Su Exc. Mons. Oliver Dashe Doeme, obispo de
Maiduguri, capital del Estado de Borno, en el norte de Nigeria, en cuyo
territorio se encuentra la aldea de Dalori, asaltada el 30 de enero por
integralistas islámicos de Boko Haram,
“Golpeando un pueblo que está a sólo cuatro kilómetros de Maiduguri,
donde se encuentra el cuartel general de operaciones contra Boko Haram,
la secta islamista ha querido demostrar que, a pesar de los golpes
infligidos por nuestras fuerzas armadas, todavía es capaz de actuar
cerca de Maidugiuri, que es su lugar de nacimiento” afirma Mons. Doeme.
“En Danori no había fuerzas de seguridad en el momento del asalto,
llevado a cabo con extrema brutalidad. Los hombres de Boko Haram han
matado a un gran número de personas (por lo menos 86 según fuentes
oficiales, ed.), han quemado la mayor parte de las casas mientras que
dos terroristas suicidas se han inmolado en dos lugares del pueblo”,
dice el Obispo.
“El ataque ha durado cuatro horas, a pesar de que la aldea está a sólo
cuatro kilómetros del cuartel general de las fuerzas anti Boko Haram”
dice Mons Doeme, que agrega: “Yo creo que Boko Haram se aprovecha de la
falta de coordinación entre las fuerzas que luchan contra ella. Además,
nuestro ejército está luchando por entrar en el bosque de Sambisa, donde
se encuentran las principales bases de la secta islamista. Hasta que no
se conquiste esta base, los miembros de Boko Haram pueden atacar a
voluntad en varias partes del norte de Nigeria”.
“El problema es que nuestras tropas no están bien equipados para esta
tarea. He recogido las quejas de los soldados, que no tienen armas para
luchar eficazmente contra Boko Haram. Por lo tanto, hacen falta mayores
esfuerzos por parte de todos”, concluye el obispo.