Damasco, SIRIA (Agencia Fides, 12/03/2016) - La cultura en la que han crecido los
cristianos en Oriente “es sin duda, diferente de la que se encuentran en
Occidente. Esta diferencia se nota en la dificultad que los refugiados
encuentran par a integrarse en las sociedades occidentales”. Teniendo
esto en cuenta, conviene que los bautizados orientales empujados a
emigrar a los países occidentales, custodien su propria identidad de
cristianos de Oriente, evitando que esa identidad se disipe en el
impacto con la cultura occidental. Estas son algunas de las sugerencias
que contiene la Carta Encíclica dirigida a los fieles por el Patriarca
Mar Ignatius Aprhrem II, Primado de la iglesia sirio-ortodoxa, con
motivo del inicio de la Cuaresma.
“Nosotros” insiste el Patriarca sirio-ortodoxo en el texto “necesitamos
trabajar sobre como conciliar muchos aspectos de nuestra cultura con la
de la sociedad occidental, sin ser contagiados por el ateísmo y al
laicismo occidental, que pueden entrar en conflicto con nuestros valores
cristianos”.
En la Encíclica patriarcal, recibida en la Agencia Fides, Mar Ignatius I
Aphrem II examina con agudeza los mecanismos de cierre y las reacciones
demagógicas con matices xenófobos que prevalecen en varios países
occidentales ante la emergencia global de los flujos migratorios. Los
funcionarios y líderes políticos - advierte el Patriarca - han metido
mano a “leyes y restricciones para la organización y el control de la
emigración. Lo hacen porque la emigración se ha convertido en una
herramienta para ejercer presión sobre los países que reciben
inmigrantes. Algunos refugiados están creando problemas a los países que
los acogen, y esto se utiliza para alimentar el extremismo étnico y un
sentido creciente de fanatismo nacional. Algunos pretenden politizar el
tema y convertirlo en un instrumento de presión sobre los países,
olvidando el carácter humanitario de esta cuestión y la necesidad de
tratar con los refugiados y los inmigrantes como personas que necesita
n ayuda,
aceptación y atención”. En su Carta Encíclica, el Patriarca
sirio-ortodoxo denuncia también “el maltrato y la discriminación” que
sufren los refugiados, y declara que está al corriente de “casos de
persecución en base a las diferencias religiosas dentro de los campos de
refugiados en Europa”.