Jinotega, NICARAGUA (Agencia Fides, 16/03/2016) – Después del ataque de un grupo de personas
armadas a una patrulla de la policía en la ciudad de Santa Rosa, en San
José de Bocay, (Jinotega) que se produjo hace dos días, ahora parece que
corre peligro la tranquilidad de las comunidades rurales en esta zona,
porque temen represalias de la policía y del ejército.
La nota enviada a la Agencia Fides por una fuente local informa que los
habitantes de Santa Rosa continúan su trabajo en un ambiente de aparente
normalidad, pero la realidad es muy diferente. Por un lado, están las
acciones de los grupos armados en la zona y por otra las reacciones de
la policía y de los militares, que en última instancia, ejercen presión
sobre los agricultores y productores para que “cooperen”. El incendio de
una comisaría de policía, el 25 de febrero en la comunidad de Las
Golondrinas, ha complicado las cosas para los habitantes del lugar.
Al respecto Su Exc. Mons. Carlos Enrique Herrera Gutierrez, OFM., Obispo
de Jinotega, ha afirmado que entre los grupos armados que actúan en el
norte del país. “Hay una cierta confusión” acerca de las razones por las
que han tomado las armas. “Hay quienes trabajan para apoyar el tráfico
de drogas - dice Mons. Herrera -, otros dicen que lo hacen para obligar a
la gente a no aceptar las deficiencias del gobierno; y hay otros que
van armados y vestidos de soldados del ejército, y afirmando que quieren
mantener la paz. Así que por lo menos hay tres grandes grupos. Está
claro - continúa el Obispo - que para el ejército y la policía, estos
grupos armados siempre han sido calificados como bandas criminales”.
El miedo en la población es muy fuerte, tanto es así que en Ayapal, el curso escolar aún no ha comenzado.