En el transcurso de la visita, la primera al extranjero del Presidente, tras la inauguración de su mandato, se ha evidenciado el aprecio por las buenas relaciones entre la Santa Sede y Portugal, al igual que por la aportación que da la Iglesia a la vida del país, dedicando una referencia especial al debate en la sociedad sobre la dignidad de la vida humana y sobre la familia.
Los coloquios han proseguido con un intercambio de pareceres acerca de la situación en Europa y en la cuenca del Mediterráneo, en particular sobre la cuestión migratoria, así como sobre otras cuestiones de relieve internacional.