Pathumthani, TAILANDIA (Agencia Fides, 05/01/2017) – “La otra noche, después de la celebración
de las vísperas, pregunté a Pan, uno de los seminaristas que me ayudan
en el trabajo de las comunidades - los barrios de chabolas de los
alrededores de Pathumthani, donde había estado y él me respondió: he
estado visitando las comunidades de Wat Sake, de Lat Lum Kew y de Ko
Ping junto con Kof, Pao y Fon, y he sentido que me faltaban las fuerzas
porque nadie se hace cargo de estas personas tan débiles. Yo he limpiado
en las casas de los ancianos, Kof se ha dedicado a cortarles el pelo,
mientras que Fon ha lavado la ropa y Pao ha distribuido los alimentos.
Le dije, esto significa que el reino de Dios está entre nosotros, se
feliz de poder hacer esto y no esperes otra cosa”.
Así lo cuenta a la Agencia Fides el padre Adriano Pelosin, misionero del
PIME que trabaja desde hace muchos años en Tailandia. “Son muchos los
gestos, actividades, iniciativas, emergencias, a las que nos enfrentamos
todos los días. También estamos terminando la construcción de un campo
de fútbol, baloncesto y voleibol, un aparcamiento y aulas para música,
arte y artesanías para los niños y jóvenes de las chabolas. En la tierra
que compramos el año pasado ya hay un gran huerto con plátanos,
papayas, limones, mangos. Estamos planeando realizar un pequeño lago y
un bosque 'franciscano' para proteger la naturaleza, que está
constantemente en peligro en este suburbio de la ciudad de Bangkok”.
“Hace un mes - continúa el padre Pelosin – acogimos a un hombre que
había sido abandonado en las puertas de la iglesia, borracho y casi
inconsciente. Después de unos pocos días de estar con nosotros sufrió un
derrame cerebral y estuvo a punto de morir. Fuimos al hospital para
orar por él. Al día siguiente volvió el solo desde el hospital y todos
nos quedamos sorprendidos. Ahora está muy bien y nos ayuda en el trabajo
en el jardín”. “El Reino de Dios está entre nosotros. Caminamos con
alegría y seguridad”, concluye el misionero deseando un feliz año nuevo
para todos.