San Salvador, EL SALVADOR (Agencia Fides,
16/01/2017) – “El país necesita una política de
consenso, esto supone diálogo, supone mirar lejos, no a lo inmediato”,
ha dicho el obispo auxiliar de San Salvador, Su Exc. Mons. Gregorio Rosa
Chavez, en la habitual conferencia de prensa de este domingo. “El
espíritu de la paz hay que recuperarlo mañana, porque hemos firmado la
paz, pero no vivimos en paz, ni reconciliación” ha dicho el obispo
recordando la fecha del 16 de enero de 1992, cuando en presencia del
representante de la ONU, el gobierno y el grupo guerrillero del FMLN
(Frente Farabundo Martí por la Liberación Nacional) firmaron los
acuerdos de paz para poner fin a la guerra civil que en 12 años había
dejado más de 75.000 muertos.
Este aniversario, según el obispo, llega en “un momento de profunda
crisis y de gran desesperación”, en parte debido a la falta de acuerdos
políticos: “Estamos sin un presupuesto estatal para este año, y hay una
gran violencia social”.
Mons. Gregorio Rosa Chavez ha informado de que la Iglesia Católica está
dispuesta a apoyar un diálogo entre las autoridades y las bandas, sólo
si se requiere su participación y si se dan las condiciones favorables
de confianza mutua y siempre en el marco de las normas establecidas.
Durante la rueda de prensa, ha subrayado la importancia de un diálogo
genuino: “Creo que el diálogo es indispensable, todo está en cómo se
haga. He dicho varias veces que se intentaron procesos de diálogo pero
que tenían detrás una posición de fuerza, era ver quién era el más
poderoso si la policía o las pandillas. Ese esquema también se usó en la
guerra”.
Ha recordado que en un intento de negociaciones en 2012, Su Exc. Mons.
Fabio Colindres había participado a título personal: “Se lo pidieron y
él acepto, fue muy generoso en su trabajo”. Como informó en aquel
entonces la Agencia Fides, Mons. Colindres que
estaba en contacto con los líderes en prisión de las dos principales
bandas armadas del país, había logrado llegar a una tregua. No obstante
esto, el mismo Mons. Colindres había reconocido ya entonces que el pacto
no era una solución permanente al problema de la violencia extrema que
ensangrienta El Salvador, un país de poco más de 6 millones de personas,
donde en 2011 hubo 4.354 homicidios, según los datos oficiales.
Trabajó duro para sostener el alto el fuego y crear un diálogo sincero
que duró más de un año, con la contribución de la Organización de los
Estados Americanos (OEA) en en abril de 2013 firmó un acuerdo de
cooperación con el gobierno de El Salvador en el que se proponía la
creación de una misión de asistencia a la seguridad para apoyar el
proceso de paz social, considerando como positivo el primer logro de la
tregua entre las pandillas.