sábado, 1 de abril de 2017

FRANCISCO: Cartas de marzo 2017 [25 y 2]

CARTAS DEL SANTO PADRE FRANCISCO
MARZO 2017


CARTA AL CARDENAL KEVIN FARRELL, PREFECTO DEL DICASTERIO PARA LOS LAICOS, LA FAMILIA Y LA VIDA, para la preparación del IX Encuentro Mundial de las Familias con el tema: "El Evangelio de la Familia: alegría para el mundo"

21 al 26 agosto de 2018 en Dublín, Irlanda 


Al  Venerado Hermano
el Cardenal KEVIN FARRELL
Prefecto del Dicasterio  para los Laicos, la Familia y la Vida

 
Al final del VIII Encuentro Mundial  de las Familias, celebrado en Filadelfia en septiembre de 2015, anuncié que el encuentro sucesivo con las familias católicas de todo el mundo tendría lugar en Dublín.  Ahora, con el deseo de  comenzar su preparación, me complazco en  confirmar que se desarrollará del 21 al 26  de agosto de 2018, sobre el tema: "El Evangelio de la familia: alegría para mundo." Y con respecto a este tema y a su desarrollo quisiera ofrecer algunas indicaciones más precisas. Deseo, efectivamente,  que las familias puedan profundizar en la reflexión y  la compartición de los contenidos de la Exhortación Apostólica  postsinodal Amoris Laetitia.

 
Nos podríamos preguntar: ¿ El Evangelio sigue siendo alegría para el mundo? Y también: ¿ La familia sigue siendo una buena noticia para el mundo de hoy?

 
¡Yo estoy seguro de que sí! Y este "sí" está firmemente  fundado en el plan de Dios. El amor de Dios es su "sí" a toda la creación y al corazón de la misma, que es el hombre. Es el "sí" de Dios a la unión entre el hombre y la mujer, abierta a la vida y al  servicio de ella en todas sus fases; es el "sí" y el compromiso de Dios con una humanidad a menudo  herida, maltratada y dominada por la falta de amor. La familia, por lo tanto, es el "sí" del  Dios Amor. Sólo partiendo del amor la familia puede manifestar, difundir y regenerar el amor de Dios en el mundo. Sin amor no se puede vivir como hijos de Dios, como cónyuges, padres y hermanos.

 
Quiero hacer hincapié en la importancia de que  las familias se pregunten a menudo si viven partiendo del amor, por el amor y en el amor. Esto significa concretamente darse, perdonarse, no perder la paciencia, anticiparse al otro, respetarse. ¡Cómo mejoraría la vida familiar si cada día se vivieran la tres sencillas palabras  "permiso", "gracias", "lo siento"! Todos los días experimentamos  la  fragilidad  y la debilidad, y por eso todos nosotros, familias y pastores, necesitamos una humildad renovada que plasme el deseo de formarnos, de educarnos  y de ser educados, de ayudar y de ser ayudados, de acompañar, discernir e integrar a todos los hombres de buena voluntad. Sueño con una Iglesia en salida, no autorreferente, una Iglesia que no pase lejos de las heridas del hombre, una Iglesia misericordiosa que  anuncie el corazón de la revelación de Dios Amor que es la Misericordia. Es la misma misericordia que nos hace nuevos  en el  amor; y sabemos cuanto las familias cristianas sean lugares de misericordia y  testigos de misericordia; después del Jubileo extraordinario lo serán todavía más, y el Encuentro de Dublín podrá dar señales concretas.


Invito, pues,  a toda la Iglesia a recordar estas indicaciones en la preparación pastoral para el próximo Encuentro Mundial.
 

Ante Usted, querido Hermano, junto con sus colaboradores, se presenta  la tarea de conjugar de una forma especial la enseñanza de Amoris Laetitia, con la cual la Iglesia desea que las familias estén siempre en camino, en esa peregrinación interior que es una manifestación de  vida auténtica .
Mi pensamiento se dirige de manera especial a la archidiócesis de Dublín y a toda la querida Nación irlandesa, por la generosa hospitalidad y el esfuerzo que implica organizar un evento de esta magnitud. ¡Que el Señor os  recompense a partir de ahora, concediendoos en abundancia favores celestes!
La Sagrada Familia de Nazaret guíe, acompañe y bendiga vuestro servicio y a todas las familias involucradas en la preparación del gran Encuentro Mundial de Dublín.

Desde el Vaticano, 25 de Marzo 2017
 



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AL SUSTITUTO PARA LOS ASUNTOS GENERALES 
DE LA SECRETARÍA DE ESTADO
CON MOTIVO DE SU NOMBRAMIENTO COMO DELEGADO ESPECIAL
ANTE LA SOBERANA ORDEN MILITAR DE MALTA




Al venerado Hermano
Mons. Giovanni Angelo Becciu
Arzobispo titular de Roselle  

Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado


Al comienzo del camino de preparación en vista del Capítulo extraordinario que tendrá que elegir al nuevo Gran Maestro de la Soberana Orden Militar Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, con la presente le nombro en fecha de hoy mi delegado especial ante esa benemérita Orden.


Trabajará en estrecha colaboración con S. E. el Ven. Bailío Frey Ludwig Hoffmann von Rumerstein, Lugarteniente interino, por el mayor bien de la Orden y la reconciliación entre todos sus componentes, religiosos y laicos. Estará al lado del Lugarteniente y lo apoyará en la preparación del Capítulo extraordinario, y juntos decidirán la modalidad de un estudio en vista de la oportuna renovación de la Constitución de la Orden y del Estatuto Melitense.


En particular, se hará cargo de todo lo que concierne a la renovación espiritual y moral de la Orden, especialmente de los Miembros profesos, para que se realice plenamente el fin de «promover la gloria de Dios mediante la santificación de los Miembros, el servicio a la Fe y al Santo Padre y la ayuda al prójimo», como indica la Constitución.


Hasta el final de su mandato, es decir, hasta la conclusión del Capítulo extraordinario que elegirá al Gran Maestro, usted será mi portavoz exclusivo en todo lo relativo a las relaciones entre esta Sede Apostólica y la Orden. Le delego, por lo tanto, todas las facultades necesarias para decidir las cuestiones eventuales que puedan surgir en relación con la ejecución del mandato encomendado.


Mientras le agradezco su disponibilidad para asumir el mencionado encargo, le aseguro mi oración y de corazón le imparto la bendición apostólica que, de buen grado, extiendo a todos los miembros de la Orden.


Desde el Vaticano, 2 de febrero de 2017



FRANCISCO