Bogotá, COLOMBIA (Agencia Fides, 16/05/2017) – Uno de los propósitos de la XXXVI Asamblea
Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) que acaba de
concluir en San Salvador (véase Fides 13/05/2017) ha sido realizar un
balance de los trabajos realizados por los programas pastorales del
CELAM. Entre los cuales figura el Observatorio Socio-Pastoral de América
Latina. Según cuanto señala vidanuevadigital.com,
el Plan Global del CELAM para el actual cuatrienio (2015-2019), tiene
como prioridad “potenciar el Observatorio del CELAM, a fin de articular
un trabajo orgánico con los centros de investigación y observatorios ya
existentes en el Continente”.
Viendo el trabajo realizado en esta dirección, se ha señalado la puesta
en marcha del nuevo sitio web del Observatorio Socio Eclesial, el pasado
mes de diciembre, y la primera reunión de los Observadores y centros de
investigación en América Latina y en el Caribe, del 20 al 22 de abril,
organizada por la Escuela Social del CELAM, responsable del
Observatorio.
El objetivo de la reunión fue el de reconocer la tarea que cada uno
desarrolla y avanzar hacia la configuración de una articulación
continental.
Las organizaciones que acogieron la iniciativa de la Escuela Social
fueron quince – entre Observatorios y Centros de Investigación –
provenientes de 10 países del continente (Argentina, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú, República Dominicana y
Uruguay) y de El Vaticano.
“Nuestra misión la hemos enmarcado en lo que llamamos el método
profético del análisis de la realidad, que contempla dos dimensiones -
ha dicho en una larga entrevista la uruguaya Susana Nuin, directora del
Observatorio -. En primer lugar, la necesidad de observar la realidad
desde distintas perspectivas de análisis, asumiendo un compromiso con
nuestros pueblos y denunciando las injusticias y todo aquello que
conduce a la ‘cultura de la muerte’. En segundo lugar, buscamos estar
atentos para captar por dónde Dios está pasando en la historia... ya que
queremos ayudar a construir la ‘geopolítica de la esperanza’ en el
continente”.