Baghdad, IRAQ (Agencia Fides, 04/05/2017) – “El Papa Francisco, con sus discursos y gestos
en su viaje a Egipto, ha abierto muchas puertas: con el Islam, con las
autoridades políticas, entre los cristianos. Esperamos que los
musulmanes también aprovechen la oportunidad y este apoyo que les ofrece
la Iglesia”.
Con estas palabras el Patriarca caldeo Louis Raphael I Sako sugiere cual
es el camino para hacer florecer posibles desarrollos positivos de la
visita apostólica del Papa Francisco a Egipto, el pasado 28 y 29 de
abril. En esos días, el primado de la Iglesia caldea estuvo presente en
El Cairo, ya que había sido invitado a la Conferencia por la Paz
organizada por la Universidad sunita de Al Azhar, que tuvo su momento de
apogeo con la intervención del Papa Francisco.“Me quede en Egipto
durante los días siguientes” confía el Patriarca Louis Raphael a la
Agencia Fides “y pude observar la profunda impresión dejada por la
visita del Papa en todo el país. Todos estaban sorprendidos, se daban
cuenta que había ocurrido algo nuevo. Los cristianos estaban felices, y
desde luego la visita del Papa fue una gran consuelo para todos los
bautizados de Oriente Medio. También estaban contentos los musulmanes,
porque el Papa ha dado pasos y gestos que no se esperaban, como cuando
abrazó
durante un momento intenso al Gran Imam Ahmed al Tayyib, y lo llamó
'hermano' ”. La visita del Papa – nota el Primado de la iglesia caldea –
debe sustraerse de lecturas retóricas que se detienen sólo a celebrarla
durante unos días, tal vez atribuyéndola efectos mágicos, sin
cuestionar realmente las sugerencias para el camino del futuro,
sembradas por el sucesor de Pedro en los discursos y en las reuniones
durante sus días en Egipto: “Ahora”, insiste el Patriarca, “todas las
puertas están abiertas.
Todos estamos llamados a asegurarnos de que no se cierren de nuevo. El
Papa hizo discursos proféticos, sin recriminar o condenar a nadie,
mostrando a todos el camino que tenemos por delante, para recorrer
juntos. Las Iglesias de Oriente Medio, y especialmente sus pastores, en
este momento histórico, están llamados a no encerrarse en los
automatismos de la rutina, y a actuar como una presencia profética al
servicio de la reconciliación, de las reformas, de los derechos
ciudadanos comunes y de la caridad, en nuestros países desgarrados por
la violencia y el fanatismo sectario. El Papa, lo que tenía que hacer lo
hizo. Ahora nos toca a todos nosotros, cristianos y musulmanes de
Oriente Medio, hacer nuestra parte”.