Washington, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA (Agencia Fides, 05/05/2017) – Después de la aprobación ayer por parte de
la Cámara de Representantes estadounidenses de la American Health Care
Act (AHCA, disposición sobre la sanidad HR 1628), Mons. Frank J. Dewane,
obispo de Venice, Florida, como Presidente de la Comisión de la
Conferencia Episcopal (USCCB) para la Justicia y el Desarrollo humano,
ha pedido al Senado que elimine las disposiciones negativas del proyecto
de ley antes de que regrese a la Cámara.
“A pesar de los esfuerzos para mejorar el proyecto de ley antes de que
pasase, la American Health Care Act todavía contiene grandes aspectos
negativos, en particular con respecto a los cambios al Medicaid
(programa de salud federal que proporciona ayuda a personas y familias
con bajos ingresos), donde se corre el riesgo de no tener cobertura y de
el acceso para millones de personas; es muy decepcionante que las voces
de aquellos que se veran seriamente afectados no hayan sido
escuchadas”, afirma Mons. Dewane. “La AHCA ofrece una importante
protección a la vida y nuestro sistema de salud necesita
desesperadamente de estas medidas de seguridad. Sin embargo las personas
vulnerables no deben ser abandonados en la pobreza y en las peores
situaciones...”.
Desde que empezaron los debates sobre la derogación de la ley
“Affordable Care Act”, los obispos de Estados Unidos han pedido en
repetidas ocasiones al Congreso que respete los principios éticos
fundamentales en la reforma de salud. Estos incluyen: el acceso de todos
a la atención médica de calidad, integral y verdaderamente accesible;
el respeto a la vida, evitando el uso de fondos federales para el aborto
o para la compra de planes de salud que lo cubren; protección de la
libertad de conciencia. Antes de la votación del jueves, 11 de mayo,
Mons. Dewane ha invitado a los miembros del Senado a insistir sobre los
cambios.
En la nota enviada a la Agencia Fides, se lee en el comunicado de Mons.
Decane: “Cuando el Senado tomará en consideración la AHCA, debe actuar
con decisión para eliminar las propuestas perjudiciales de la propuesta
de ley, que tendrán consecuencias sobre las personas de bajos ingresos,
incluidos los inmigrantes. Nuestra sanidad debe respetar toda la vida y
la dignidad humana desde la concepción hasta la muerte natural, así como
defender los principios morales y religiosos sinceramente profesados
por aquellos que tienen algún papel en el sistema sanitario”.