Adaba, ETIOPÍA (Agencia Fides, 09/05/2017) – “Os presento mi casa, mejor dicho mis dos casas
parroquiales: la primera en Adaba, donde vivo, la otra en Dodola, donde
voy durante la semana y el domingo” dice a la Agencia Fides don Giuseppe
Ghirelli, misionero fidei donum en Etiopía.
“La casa de Adaba es bastante grande y en el pasado vivía un sacerdote
etíope cuando todavía formaba parte de la Vicaría de Meki, la de Dodola
es más pequeña y hasta el año pasado vivía un sacerdote fidei donum de
la diócesis de Bari. Las casas parroquiales se encuentran dentro de un
área que el gobierno concede para llevar a cabo actividades sociales y
pastorales que la Iglesia Católica tiene la intención de desarrollar”.
“En Etiopia – explica don Giuseppe - la Iglesia Católica es considerada
como una ONG, representada por una oficina central con sede en Addis, a
la que todas las eparquías católicas de rito oriental y los vicariatos
católicos de rito latino deben hacer referencia. Dentro del área
asignada por el Gobierno a las parroquias individuales se pueden
realizar actividades sociales (escuelas, sanidad, potenciación de la
mujer, servicios de empleo, deportes, proyectos agrícolas, ...) y
pastorales (catequesis, celebraciones, formación en la vida
cristiana,...) sólo después de que el gobierno, a través de la oficina
central aprueba el proyecto presentado por las Iglesias particulares. El
proyecto debe contener una descripción bastante exacta de lo que se
piensa hacer, el tiempo de los recursos humanos y financieros. El
gobierno sigue y controla a través de la oficina del gobierno para
asuntos religiosos, los proyectos propuestos, su ubicación y su
aplicación”.
“Nosotros sacerdotes extranjeros - continúa el sacerdote - sólo podemos
estar presentes si tenemos las titulaciones apropiadas para realizar un
trabajo. Yo, por ejemplo, con mi licenciatura en teología, equiparada a
un grado civil, tengo el permiso que me permite permanecer en Adaba como
director de la escuela primaria, permiso que, entre otras cosas, debe
ser renovado cada año. Dentro de este marco normativo, realizamos el
trabajo socio-pastoral con la ayuda de laicos empleados, que siguen
sobre todo las actividades sociales”.
“Si alguien quiere venir de misión - concluye don Giuseppe - puede
permanecer en Etiopía como turista por un máximo de tres meses. Si desea
permanecer más tiempo debe formar parte de uno de los proyectos
aprobados por el gobierno. Pero viniendo tan sólo unas semanas, se puede
aprender y obtener mucho de la misión ad gentes, porque siempre será
mucho más lo que se reciba que lo que se de”.