Roma, ITALIA (Agencia Fides, 30/10/2019) - Agradecimiento y gratitud al Señor por el don de
este mes misionero extraordinario, "por todo lo que el Espíritu Santo
nos ha hecho vivir y suscita, especialmente en muchas Iglesias locales
esparcidas por el mundo", y compromiso de no cerrarlo, sino de
"continuar en el camino de la conversión misionera de la Iglesia, tan
deseada por el papa Francisco y por todos nosotros". Estos son los
sentimientos expresados por el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, durante la
celebración eucarística que presidió ayer, 29 de octubre, en el foro
organizado por la Fundación Missio y la Oficina de Cooperación Misionera
del CEI ttitulado ‘La misión hace a la Iglesia: bautizada y enviada a
la vida en el mundo’. Del 28 al 31 de octubre, en la Fraterna Domus de
Sacrofano (Roma), más de 300 personas se reúnen en una ocasion propicia
para el discernimiento común sobre la misión,
incluyendo obispos encargados de las Comisiones Misioneras Regionales,
directores de los Centros Misioneros Diocesanos con sus equipos,
representantes de los Institutos Misioneros y Religiosos, sacerdotes
fidei donum, voluntarios internacionales y misioneros laicos.
En su homilía, el card. subrayó que el objetivo del Mes Misionero
Extraordinario no era sólo celebrar el centenario de la Carta Apostólica
Máximo Illud, "sino reavivar el ardor por la misión, para que cada vez
más aficionados a Jesús se apasionen seriamente por la salvación de la
humanidad. No se trataba, pues, de exhumar formas exóticas de la misión
restringidas y delegadas a unos pocos ‘héroes’, sino de redescubrir la
responsabilidad bautismal común que nos viene de la fe, que llama a
todos a la santidad. Estamos llamados a repensar y descubrir nuevos
caminos, nuevos modos de misión cuyo verdadero contenido consiste en la
fecundidad de la fe bautismal en la relación de conversión y
transformación del mundo", exhortó.
El prefecto del Dicasterio Misionero subrayó entonces que "estamos
puestos en el mundo como levadura, sal y luz, para que todo fermente en
Cristo y se convierta en pan para el ofrecimiento de sí mismo a Dios, en
el don por los demás" y que la Iglesia sea "capaz de evangelizar
eficazmente sólo en el conjunto de la comunión de las Iglesias
esparcidas por el mundo". Esta universalidad exige el don de sí mismo,
el testimonio de la propia vida, como lo han hecho los numerosos
misioneros de la historia de la Iglesia. "El Mes Misionero
Extraordinario nos fue indicado por el papa -continuó- como una
oportunidad preciosa y providencial para pedir y reflexionar sobre el
estado, la calidad y la seriedad de nuestro testimonio dentro de la
misión".
En la conclusión de su homilía, el cardenal recordó que el Mes Misionero
Extraordinario nos introduce a una nueva meta, y dijo: "En 2022
celebraremos el cuarto centenario de la creación por el papa Gregorio XV
de la entonces Congregación de Propaganda Fide, ahora Congregación para
la Evangelización de los Pueblos. En el mismo año recordaremos el
bicentenario de la fundación de la Pontificia Obra Misionera de
Propagación de la Fe por la venerable Paulina Jaricot y los cien años de
calificación pontificia de las Obras Misionales, deseadas por el papa
Pío XI, para que estas Obras cumplan su responsabilidad de solicitud
misionera por todas las iglesias del mundo. Con este espíritu, en lugar
de cerrar el Mes Misionero Extraordinario, nos lanzamos intrépidamente a
estos nuevos aniversarios para continuar en el camino de la conversión
misionera de la Iglesia, tan deseada por el papa Francisco y por todos
nosotros".
os el Mes Misionero Extraordinario, sino que continuemos el camino de la conversión misionera.