Santiago, CHILE (Agencia Fides, 26/10/2019) – "La mayor responsabilidad la tienen aquellos
que han asumido posiciones de liderazgo en la vida política y social. Es
necesario confiar en su buena fe y en su capacidad para llegar a
acuerdos ", afirman los obispos de Chile en su declaración recibida por
Fides.
Este es el segundo comunicado de la Conferencia Episcopal de Chile desde
que la protesta por el aumento en el precio del transporte público se
convirtió en la crisis política y social más grave de las últimas
décadas de la historia del país andino.
Los obispos afirman: "" Estamos unidos al dolor de los familiares de
quienes han perdido la vida y de los muchos heridos, pedimos a todas las
personas que manifiestan y a los organismos y autoridades competentes
que garanticen el respeto de los derechos fundamentales y el tratamiento
adecuado de los detenidos. Invitamos a quienes están llamados a
mantener el orden y la seguridad a actuar de acuerdo con los estándares
establecidos por la ley ".
Ante la muerte de varios manifestantes a manos de la policía, los
obispos piden "evitar más derramamiento de sangre. La unidad nacional
nunca se construye con la muerte de compatriotas o pisoteando la
dignidad de las personas".
Los obispos hacen un elogio "a las diferentes personas que dieron lo
mejor de sí al hacer acciones generosas para ayudar a otros, evitando la
violencia y contribuyendo efectivamente a la construcción del bien
común". "Continuemos orando y comprometiéndonos, personalmente y como
comunidad, para restaurar la paz social en nuestro país", concluyen los
obispos.
Ayer, en la capital, se realizó la mayor de las últimas manifestaciones en Chile: 1.2 millón de personas.
La población ahora pide una reforma económica ante la completa
desigualdad que existe entre los salarios de los diversos sectores
sociales del país. En una semana, Chile se transformó del país más
estable de América Latina en el país con el mayor número de personas
manifestando contra un sistema económico ineficiente. Según la prensa
especializada, los graves problemas de la sociedad chilena son las
pensiones, un servicio de salud remunerado, educación pública remunerada
y muchos servicios sociales que no disfrutan de subsidios estatales o
solo parcialmente. Como afirman los sindicatos que salieron a la calle,
"no se trata del aumento de 30 pesos, sino son 30 años de peso...".