Ashgabat, TURKMENISTÁN (Agencia Fides, 25/10/2019) – “Todo el pontificado del Papa Francisco está
al servicio de las periferias. Este despertar misionero es positivo y
necesario para toda la Iglesia”, explica el padre Andrzej Madej, de los
Oblatos de María Inmaculada (OMI), Superior de la Missio sui iuris de
Turkmenistán hablando del Mes Misionero Extraordinario que culminó el
domingo 20, Jornada Misionera Mundial.
En este mes especial ha llegado a la Capilla de la Transfiguración del
Señor de la capital Ashgabat un tercer sacerdote de los Oblatos, para
apoyar al padre Madej y al hermano Rafal Chilimoniuk. El nuevo religioso
en este primer período de misión se dedicará a aprender el idioma
turcomano. A este respecto, el Superior de la Missio sui iuris explica:
“Siempre hemos llevado a cabo nuestra misión usando el ruso, pero hoy ya
no es suficiente porque cada vez hay menos personas que hablan este
idioma. Quienes vienen a la ciudad desde el campo o desde pequeños
pueblos hablan turcomano”.
“Este es un paso que nos da alegría y esperanza porque conocer el idioma
local abrirá una nueva época en esta misión. Por fin habrá alguien que
pueda entrar de lleno en el idioma y cultura de estos pueblos. Significa
además un futuro para la misión aquí en Turkmenistán donde
representamos una comunidad muy pequeña, pero poco a poco seguimos
confiando en la gracia de Dios que no nos abandona”, concluye el padre
Madej.
Turkmenistán tiene 5 millones de habitantes de los que el 90% son
musulmanes. La Iglesia Católica renació con la Missio sui iuris
establecida por Juan Pablo II en 1997. Durante trece años, la presencia
de los Oblatos fue admitida solo como una representación de la Embajada
del Vaticano. Al principio los encuentros se celebraban en casas
particulares y la misa se celebraba en el territorio diplomático de la
Nunciatura Apostólica de Ashgabat. En 2010, el gobierno turcomano
reconoció oficialmente la presencia católica.