Dili, TIMOR ORIENTAL (Agencia Fides, 23/10/2019) - En el centro de la misión de la Iglesia está la
Palabra de Dios que los cristianos anuncian y dan a todo el mundo como
mensaje de salvación para la humanidad. Con este espíritu los católicos
de Timor Oriental viven el Mes Misionero Extraordinario, poniendo la
Palabra de Dios en el centro de su vida espiritual y de su testimonio.
Los jesuitas, que tienen una presencia estable en Timor Oriental y
desarrollan varias actividades en el campo de la educación, han invitado
a los católicos a leer la Biblia, como explica a Fides el padre Joaquim
Sarmento, superior regional de los jesuitas en Timor Oriental "Animamos
a los fieles a leer la Biblia en familia para profundizar en su misión y
concebir la obra misionera a la luz de la Biblia".
En el Mes Misionero Extraordinario, los fieles fueron llamados a
"reflexionar sobre las raíces de la fe católica en Timor y a promover
los valores evangélicos en la cultura de esta nación". Sarmento destacó
tres elementos importantes de las raíces de la fe católica en Timor
Oriental: la Sagrada Escritura, el Magisterio y la Tradición. Durante
este mes se animó a los jóvenes a "ser más activos en sus vidas para
hacer el bien, fomentar la espiritualidad y también para mantener a raya
los problemas y las dificultades". Con sus vidas como personas moral y
espiritualmente fuertes, "los jóvenes contribuirán a la prosperidad y la
paz del país", explica.
También se realizaron encuentros y seminarios bíblicos en la
Universidade da Paz (UNPAZ), dirigida por los jesuitas, y en la
Universidad Oriental Timor Lorosa (UNITAL). Muchos jóvenes y estudiantes
de Timor participaron "con alegría y entusiasmo", señala el padre
Sarmento.
En la parroquia de Railaco, los grupos de jóvenes, sensibilizados con el
tema del Mes Misionero, "Bautizados y enviados", vivieron "una
experiencia de fortalecimiento de la motivación para expresar sus
pensamientos y talentos", gracias a la guía del párroco, el sacerdote
jesuita José María Gómez.
En el especial "Festival Parroquial", vivido en los últimos días en
Railaco, se subrayó que "la prosperidad y la paz del país dependen de
las generaciones más jóvenes, que están deseosas de participar en algo
más grande y de ofrecer sus vidas y sus energías para anunciar a los
demás el Evangelio de Cristo".