Ciudad de México, MÉXICO (Agencia Fides, 15/02/2021) – Según el reciente informe número 16 del Centro Católico Multimedia (CCM) de México, 172 sacerdotes, 5 obispos, 10 diáconos y 7 religiosos murieron en el país por coronavirus, desde el primer caso en abril de 2020 hasta el 31 de enero de 2021.
El pasado mes de enero se registró como el mes más cruel durante toda la
pandemia de Covid-19 para los sacerdotes y religiosos de la Iglesia
católica en México, ya que en promedio un sacerdote ha muerto cada día y
las infecciones han aumentado constantemente en la jerarquía católica.
Entre el 1° y el 31 de enero, 37 sacerdotes, un obispo auxiliar, 2
religiosas y 2 diáconos murieron a causa del virus.
Comparando los últimos 16 informes emitidos por el MCC, que lidera el
sacerdote Omar Sotelo, el mayor número de muertes se registró en enero
de 2021, mientras que el año pasado el peor mes fue julio, cuando se
alcanzaron las 24 muertes. En promedio, se produjeron 12,5 muertes por
mes de abril a diciembre.
Las arquidiócesis más afectadas son México y Puebla, con 15 y 16
infecciones cada una. El 61 por ciento de las diócesis y arquidiócesis
han registrado infecciones. Además de los 5 obispos muertos, otros 23
obispos y arzobispos y un cardenal fueron infectados con Covid-19.
La Conferencia Episcopal Mexicana ha publicado una serie de avisos para
llamar a la precaución y respetar los protocolos de seguridad. Hace apenas dos días, la CEM publicó un comentario del
Secretario de la Comisión Episcopal de Vocaciones y Ministerios, sobre
la terrible situación que vive México a nivel del servicio eclesial.
“¡Después de casi un año de vida en esta tormenta, me doy cuenta de que
los protocolos de salud para la prevención son siempre los mismos! ¿Y
luego qué pasó? El 14 de febrero de 2020, fueron 24 casos confirmados, y
ahora, ¿estando frente a un teléfono celular para celebrar la
Eucaristía, los casos han sido 1.946.751, de los cuales 168.432 han
muerto? escribe el padre Octavio Pérez Ramírez.
“La desinformación, o mejor dicho, la información llena de información
sin criterio, nos ha llevado a la irresponsabilidad. Sé perfectamente
que esa no es la única causa, también ha habido una mala gestión a nivel
de gobierno. Tal vez algunos sacerdotes pensamos que la promoción de
los tratamientos más básicos para contener el virus depende de las
autoridades sanitarias; y nosotros solo hacemos nuestro trabajo ... a
ver cómo lo hacemos para sobrevivir, o en el caso extremo, morir en el
campo de batalla ”, apunta el padre Pérez Ramírez. fuera.
Por eso, el sacerdote propone una visión diferente de la emergencia: "No
es el momento de buscar al culpable, sino de actuar. No es el momento
de plantear la hipótesis de si el virus es una estratagema política y
económica, sino de tener la sensibilidad del buen samaritano, simpatizar
con los que sufren, y cuidar al ir más allá de las necesidades de los
heridos, es el momento de poner en práctica la valentía creativa que nos
enseña san José ... No es sólo una cuestión de comprensión , pero
también de discernir y dejar vivir como pastores lo que Jesús pide a su
Iglesia en este momento tan importante para el mundo, para poder
acompañar de manera especial a quienes sufren las consecuencias y
devastación de la pandemia. Debemos tener la capacidad para transformar
un problema en una oportunidad ”, concluye el padre Octavio Pérez
Ramírez.