Port au Prince, HAITÍ (Agencia Fides, 17/04/2021) - En las 10 diócesis del país, el jueves
15 de abril la Iglesia católica haitiana celebró misas para expresar su
solidaridad con las víctimas de los secuestros en el país. En la
parroquia de Saint-Pierre, en Pétion-Ville, la Asamblea de Obispos
concelebró misa, y fue la ocasión para pedir una vez más la liberación
de todas las víctimas de secuestro y protestar contra la inseguridad
general.
A mediodía, el sonido de las campanas de la iglesia de Saint-Pierre
resonó en Pétion-Ville, uniéndose a las de todas las iglesias de Haití.
El grito de los fieles que siguió al toque de las campanas atestigua el
dolor de un pueblo que ya no soporta más.
La Conferencia Episcopal había indicado que las campanas de las iglesias
“hablarían” como signo de comunión, pensamiento y oración por las
víctimas del secuestro, la violencia y la inseguridad en general, como
se evidencia en una nota enviada a la Agencia Fides.
Entre los presentes en la parroquia de Saint-Pierre, en Pétion-Ville,
había fieles devotos y gente del pueblo que quería protestar, entrando
en la iglesia, ya abarrotada, con los puños en alto. Los fieles
saludaron a los obispos cantando “nou bouke” (“Estamos cansados”, una
canción que se canta en todas las manifestaciones populares contra las
autoridades por alguna injusticia grave), mientras los activistas con
pancartas ocupaban los pasillos del templo.
El obispo Kenel Alphonse tuvo que intervenir para pedir silencio, para
iniciar lo que debía ser un salmo de liberación para Haití y una gran
oportunidad para denunciar los males que vive el país.
“Denunciamos enérgicamente los actos de secuestro en el país”, reiteró
Mons. Launay Saturné, presidente de la Conferencia Episcopal de Haití
(CEH), que presidió la concelebración eucarística organizada en
solidaridad con las víctimas del secuestro. El Obispo dijo que la
Conferencia Episcopal de Haití y la Conferencia de Religiosos de Haití
piden la liberación inmediata, incondicional, sana y salva de todos los
secuestrados en el país.
“Rezamos por el fin de la inseguridad, del secuestro. Soñamos con un
Haití sin inseguridad, sin secuestros y sin violencia. Recemos por la
liberación de todos los secuestrados y por la conversión de todos los
implicados en los secuestros”, exhortó el Obispo, llamando a cada
ciudadano a hacer su parte por un nuevo Haití, y a las autoridades
públicas a asumir sus responsabilidades.
En el evento participaron también líderes de derechos humanos y otros activistas, que organizaron una manifestación espontánea al final de la celebración. Lamentablemente, en ese momento, la policía lanzó gases lacrimógenos en abundancia para dispersar a los manifestantes, y un vehículo fue incendiado. Hubo pánico entre la población presente.
El 15 de abril, la Iglesia católica de Haití había recomendado el cierre
de las escuelas católicas, las universidades y todas las demás
instituciones, para denunciar el secuestro de los religiosos. En la capital, los centros comerciales también
cerraron sus puertas para unirse a la protesta.