lunes, 17 de diciembre de 2012

Ángelus de Benedicto XVI: "La justicia y la caridad no se contraponen"


CIUDAD DEL VATICANO, 16 de Diciembre 2012 (VIS).- Después de la visita pastoral a la parroquia de San Patricio en la colina Prenestina, S.S. Benedicto XVI se ha asomado a mediodía a la ventana de su estudio para rezar el Ángelus con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

El Papa ha abordado nuevamente la figura de Juan el Bautista, a quien el Evangelio de hoy presenta mientras habla a la gente que se dirige a él en el río Jordán para bautizarse exhortándola a prepararse a la venida del Mesías. El diálogo entre la multitud que se pregunta “¿Qué debemos hacer?” y el profeta, se revela “de gran actualidad”.

La primera respuesta está dirigida a la muchedumbre. El Bautista dice: “El que tiene dos túnicas, que le dé al que no tiene; y el que tiene alimentos que haga lo mismo”. “Notamos, aquí - ha explicado el Papa- un criterio de justicia, animado por la caridad. La justicia pide que se supere el desequilibrio entre quien tiene lo superfluo y quien carece de lo necesario; la caridad empuja a estar atento al otro y a salir al encuentro de su necesidad, en lugar de encontrar justificaciones para defender los propios intereses. Justicia y caridad no se contraponen; ambas son necesarias y se completan recíprocamente”.

La segunda respuesta está dirigida a algunos publicanos, es decir, recaudadores de impuestos por cuenta de los romanos. “Ya por ese motivo los publicanos eran despreciados, y también porque, a menudo, se aprovechaban de su posición para robar. El Bautista no les dice que cambien de oficio, sino que no exijan nada más de cuanto ha sido establecido. El profeta, en nombre de Dios, no pide gestos excepcionales sino, ante todo, el cumplimiento honrado de su propio deber. El primer paso hacia la vida eterna es siempre la observancia de los mandamientos; en este caso el séptimo: “No robarás”.

La tercera respuesta es para los soldados, “otra categoría dotada de cierto poder y, por tanto, tentada de abusar de él. Juan les dice: “No hagáis extorsión a nadie (...), y contentaos con vuestras pagas”. También aquí, la conversión comienza por la honradez y el respeto de los demás: una indicación que vale para todos, especialmente para quien tiene mayores responsabilidades”.

En todos los diálogos “llama la atención cómo son concretas las palabras de Juan: desde el momento en que Dios nos juzgará según nuestras obras es con los comportamientos, con los que hay que demostrar que se sigue su voluntad. Y, precisamente por esto, las indicaciones del Bautista son siempre actuales: también en nuestro mundo tan complejo, las cosas irían mucho mejor si cada uno observara estas reglas de conducta”.

Después de la oración mariana, el Santo Padre, en los saludos en diversos idiomas, ha recordado que desde el próximo 28 de Diciembre y hasta el 2 de Enero, tendrá lugar en Roma el Encuentro europeo de jóvenes, organizado por la comunidad de Taizé. Benedicto XVI ha agradecido la disponibilidad de las familias romanas para hospedarlos y, dado que la afluencia será mayor de la esperada, ha renovado el llamamiento que ya había dirigido a las parroquias para que otras familias vivan “esta hermosa experiencia de amistad cristiana”.

A continuación ha manifestado su cercanía espiritual a cuantos en Polonia forman parte de la “Obra Natalicia de Ayuda a los Niños”. “Espero – ha dicho – que esta iniciativa caritativa y ecuménica, que supone un gesto de ayuda concreta ofrecida a los necesitados, lleve la alegría a los corazones de muchos niños. ¡Que la llama de las velas encendidas en las familias durante la cena de Nochebuena sea el símbolo de esta iniciativa!. Que Dios recompense la generosidad de los corazones y que bendiga a todos”.

En  español dijo:

"Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española presentes en esta oración mariana, en particular a los fieles de diversas parroquias de Valencia. Cercana ya la Navidad, la liturgia repite este domingo las palabras del Apóstol Pablo: «Gaudete», estad alegres. El Señor está cerca. Es una alegría que llena el corazón de quienes, aun en las dificultades, saben que Dios viene a tomarnos de su mano, para no abandonarnos jamás. Id preparando el Nacimiento en vuestros hogares con la expectación y ternura con la que María esperaba acoger la venida al mundo del Salvador de todos los hombres. Que Ella os acompañe y os anime especialmente en estos días. Feliz domingo".

Por último ha saludado a los niños de Roma que este domingo acuden a la Plaza de San Pedro para que el Papa bendiga la figurita del Niño Jesús que se pone en el Belén.