Phnom Penh, CAMBOYA (Agencia Fides, 01/02/2016) – “Nos quedamos, pase lo que pase. Estas son
las palabras que el Padre Emile escribió el 8 de abril de 1975, unos
días antes de la entrada de los khmer rojos en Phnom Penh. Emile estaba
allí, entre las personas que habían aceptado generosamente dar su vida,
enviado por las Misiones Extranjeras de París en 1964. Es bueno mirar al
Señor, que se entregó por nosotros - le gustaba decir en esos días –
para que podamos tener vida en abundancia”: así Su Exc. Mons. Olivier
Schmitthaeusler, MEP, actual Vicario Apostólico de Phnom Penh, ha
recordado en la misa de funeral a Su Exc. Mons. Emile Destombes, MEP
(1935-2016), Vicario Apostólico de Phnom Penh del 2001 al 2010,
fallecido este 28 de enero.
En su homilía, enviada a la Agencia Fides, el vicario apostólico ha
definido la vida de Destombes como “una vida entregada a Dios y a los
hombres en el servicio y en la oración”, según la voluntad expresada en
la oración de Charles de Foucauld, “Padre mio, me abandono en ti, haz de
mi lo que quieres. Hagas lo que hagas por mí, gracias, estoy dispuesto a
todo, lo acepto”, que el obispo Emile amaba orar todos los días.
“¡Qué maravilloso signo de vida ofrecida, que ha terminado con la
celebración eucarística. Su última palabra fue Sí!” continúa el vicario.
El Obispo Destombes vivió “la plena confianza en Dios”. En la víspera
de su ordenación, escribió a su familia: “Señor, me has tomado de la
mano. Contigo, caminaré hasta el final del camino”.
“Como obispo, pastor entre su rebaño, llevaba en el corazón que la
Iglesia se enraizase en el territorio camboyano, ayudando al 'pequeño
rebaño' a vivir en la oración, la escucha de la Palabra, la puesta en
común de todas las cosas”.
“Con él, la Iglesia en Camboya - concluye Mons. Schmitthaeusler - ha
iniciado un proceso de crecimiento, en el compromiso con la educación,
con la llegada de muchas congregaciones religiosas, en la compra de
terrenos, en la puesta en marcha de nuevas comunidades y en la
construcción de numerosas capillas. Por lo que hoy toda la Iglesia
camboyana lo recuerda con gran gratitud”.