Mosul, IRAQ (Agencia Fides, 15/05/2017) – La declaración de tres obispos sirios (uno
siro-católico y dos siro-ortodoxos) dada conocer el viernes 12 de mayo
en el norte de Iraq, está creando embarazo. En dicha declaración los
obispos piden la creación de un área protegida reservada a los
cristianos en la Llanura de Nínive, que esté bajo un escudo de
protección internacional, para evitar a los bautizados iraquíes que
sufran persecución o violencia sectaria.
La provincia de Nínive, salpicada por pequeñas ciudades y pueblos con
mayoría cristiana, había sido conquistada por los yihadistas del
auto-proclamado Estado Islámico (Daesh) entre la primavera y el verano
del 2014. En esos meses, decenas de miles de cristianos iraquíes huyeron
de sus pueblos ante el avance de las milicias yihadistas, la mayoría se
refugió en la región autónoma del Kurdistán iraquí.
La declaración lanzada el viernes pasado, está dirigida a las
autoridades regionales y nacionales y a las organizaciones
internacionales, y firmada por dos arzobispos de Mosul - el sirio
católico Boutros Moshe y el sirio ortodoxo Mar Nicodemus Daud Matti
Sharaf - y por Mar Timotheos Musa al Shamany, Arzobispo sirio-ortodoxo
de Bartellah.
Los tres arzobispos piden la transformación de la llanura de Nínive en
el área autónoma, puesta bajo la protección internacional de las
Naciones Unidas, para eximirla de los conflictos y salvaguardar los
derechos de las comunidades cristianas que en esas tierras tienen sus
raíces tradicionales. La declaración también reclama el derecho a la
autonomía de las comunidades cristianas en la llanura de Nínive, en los
pueblos sustraídos al control de las milicias yihadistas.
El sábado 13 de mayo, el patriarcado caldeo ha publicado una declaración
oficial para hacer saber que el comunicado emitido ayer no refleja la
posición de la Iglesia caldea, y no se hace responsable. La declaración
del Patriarcado, emitida por el obispo Shleimun Warduni, hace referencia
a una reciente declaración del Patriarca Louis Raphael Sako. En ese
texto, según lo informado por la Agencia Fides,
el primado de la Iglesia caldea destacaba que en esta etapa crítica la
prioridad para los cristianos iraquíes desplazados es tratar de regresar
a sus lugares de origen y sus hogares. Esto implica la necesidad
urgente de reconstruir las infraestructuras, aprovechando también la
ayuda internacional. Pero sólo después de que regrese la estabilidad al
país se podrán iniciar los procesos para solicitar la creación de nuevas
unidades administrativas autónomas, como un medio para proteger los
derechos y la continuidad de la presencia de grupos étn
icos y
religiosos minoritarios. Los cristianos - repitió en ese momento el
Patriarca Sako - debe evitar “el atrincherarse contra otros, y no
expresar peticiones imposibles de realizar”.