Islamabad, PAKISTÁN (Agencia Fides, 18/05/2017) - Pilar Ulibarrena es una hermana franciscana
misionera de María, octogenaria, que trabaja desde hace casi 40 años en
Pakistán, donde llegó en 1968. En una nota recibida por la Agencia
Fides, explica que, en la actualidad, parece haber disminuido el estado
de la pobreza aunque parece haber aumentado la intransigencia hacia los
cristianos y las minorías. “Antes se podía hablar, pasear. Hoy en día
hay que tener cuidado donde vas y con quién hablas”.
La hermana Pilar está en la casa de acogida San José, abierta por un
misionero irlandés en 1964 en Rawalpindi, la hermana hace hincapié en
que nunca había tenido problemas en el centro, pero que han tenido que
adaptarse a los cambios en un país de mayoría musulmana y donde los
cristianos son menos de 4 millones de una población de casi 200 millones
de habitantes.
“Antes podíamos movernos con el hábito religioso y nadie decía nada, -
continúa - ahora nos vemos obligadas a quitárnoslo”. Originaria de un
pueblo de Navarra, Olite, Sor Pilar en Pakistán ha visto muchas guerras,
golpes de estado, desastres naturales, el auge del radicalismo islámico
que ha causado 60.000 muertes en los últimos años, según las
estadísticas del Gobierno.
En el centro San José encuentran refugio los niños huérfanos,
paralíticos, enfermos crónicos y personas abandonadas por sus familias.
Seis religiosas y unos 60 trabajadores atienden a 35 pacientes
cristianos y musulmanes que viven allí, además de 80/100 personas que
todos los días van al dispensario. De hecho, el centro sobrevive gracias
a las donaciones de los musulmanes ricos de la zona que ofrecen cabras,
pan, huevos o medicinas.