Ankara, TURQUÍA (Agencia Fides, 29/08/2017) – Hasta ahora han fallado todos los intentos del
Presidente Donald Trump por liberar y hacer que regrese a los Estados
Unidos Andrew Craig Brunson, el pastor evangélico estadounidense que
había sido arrestado en Turquía en otoño de 2016 bajo la acusación de
formar parte de la organización Hizmet del predicador islámico turco
Fetullah Gulen, señalado por Turquía como el mandante del fallido golpe
del 15 de julio de 2016. En los últimos días el predicador Brunson, tras
la intervención de Trump, ha sido acusado de crímenes aún más graves de
los que le habían acusado en el pasado, y ha sido transferido a una
cárcel de máxima seguridad donde están algunos de los acusados de estar
entre los máximos responsables del fallido golpe del 2016. Las
indiscreciones que han circulado en los medios de comunicación turcos
atribuyen al pastor evangélico incluso vínculos con el PKK - Partido de
los Trabajadores del Kurdistán, una organización
ilegal del Kurdistán en Turquía - y con la CIA. En los comentarios sobre
la evolución del caso, los medios de comunicación turcos hacen notar
las visitas que el pastor evangélico al parecer ha recibido por parte
del Embajador de los Estados Unidos en Turquía durante su estancia en la
primera cárcel, así como las peticiones de liberación y extradición del
acusado realizadas por el Presidente Trump en persona durante la
reunión de mayo pasado en la Casa Blanca con su homólogo turco, Recep
Tayyip Erdogan.
El pastor evangélico Andrew Craig Brunson, que era responsable de la
iglesia evangélica de la Resurrección en Izmir (Smirne Diriliş
Kilisesi), en octubre de 2016 había sido convocado junto a su mujer, Lyn
Norine, por la oficina de inmigración, que les había comunicado en un
primer momento la obligación de abandonar el país, justificando tal
medida con la vaga acusación de haber recibido financiación del
extranjero para iniciativas misioneras y por poner en peligro la
seguridad del País con sus actividades.
Posteriormente, la prensa turca informó de que el decreto de expulsión
del pastor se había convertido en un arresto, después de que un testigo
secreto lo acusase de pertenecer al FETO (acrónimo turco de
“Organización terrorista Fethullahnista”, definición con la que los
organismos turcos filo-gubernamentales indican la red de Gulen).