Kinshasa, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 26/08/2017) - “Estamos profundamente preocupados por la
situación de seguridad en las ciudades y territorios de las provincias
orientales (Kivu del Norte y del Sur, Ituri y Tanganika) y en la ciudad y
provincia de Kinshasa”, afirma una declaración enviada a la Agencia
Fides por el CEPADHO un organismo de derechos humanos que trabaja en el
este de la República Democrática del Congo.
“En Kivu del Norte, no hay noche en la que no se informe de algún
asesinato y robo a mano armada, en Butembo, Beni y Goma o en diferentes
ciudades y pueblos de la provincia” denuncia el CEPADHO.
Los ataques contra las posiciones militares por parte de terroristas de
las ADF (un grupo de los territorios de Beni y Lubero que están
provocando el desplazamiento masivo de personas de sus aldeas, así como
el incremento de robos callejeros en los ejes principales de Kivu del
Norte y en Ituri), “son señales claras de una posible trama para
desestabilizar a las instituciones”, afirma el CEPADHO.
Las tensiones políticas derivadas del fracaso en la organización de las
elecciones presidenciales y políticas para 2017, según el CEPADHO,
probablemente darán lugar a iniciativas violentas por parte de algunas
fuerzas de oposición. “Nuestra organización, compartiendo la
preocupación de quienes quieren celebrar elecciones lo antes posible,
desalienta cualquier movimiento dirigido a tomar el poder por la fuerza.
Por ello, denuncia algunas actividades ilegales emprendidas en el
exterior por algunos connacionales apoyados por intereses extranjeros
para desestabilizar el país. Un golpe de estado es peor que no celebrar
elecciones en los tiempos establecidos”, afirma el CEPADHO acusando no
sólo al gobierno sino también a la Agrupación de la Oposición de haber
contribuido a retrasar las elecciones “con su intransigencia y
divisiones”.
El CEPADHO considera la reciente toma de posición de la Comunidad de
Desarrollo Del África Austral (SADC) sobre que no
será posible organizar las elecciones antes de que termine 2017 , “no
como una interferencia sino como un acto de realismo”.