miércoles, 9 de agosto de 2017

Audiencia General del Papa FRANCISCO: "El perdón divino: motor de esperanza."

CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.mx - 9 de agosto de 2017).- Esta mañana el Papa FRANCISCO se ha encontrado a los grupos de peregrinos y fieles procedentes de Italia y de todos los lugares del mundo.


En su discurso, el Santo Padre, ha hablado de: La Esperanza cristiana - 30. El perdón divino: motor de esperanza.


Después de resumir su catequesis en diversas lenguas, el Pontífice ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes e hizo el siguiente llamamiento:


"Estoy profundamente entristecido por la matanza ocurrida el domingo pasado en Nigeria, al interior de una Iglesia, donde sono fueron asesinados personas inocentes. Y por desgracia esta mañana llegó la noticia de violencia homicida en la República Centroafricana, contra las comunidades cristianas. Espero que cesen toda forma de odio y de violencia y no se repitan más crímenes tan vergonsosos, perpetrados en lugares de culto, donde los fieles se reúnen para orar. Pensamos en nuestros hermanos y hermanas de la Nigeria y de la República Centroafricana. Oremos por ellos, todos juntos: Ave o María, …"


La Audiencia General ha terminado con el canto del Pater Noster  y la Bendición Apostólica.


PAPA FRANCISCO


AUDIENCIA GENERAL

Miércoles 9 de agosto de 2017


Queridos hermanos y hermanas:


Hoy reflexionamos sobre el perdón como motor de nuestra esperanza. Jesús en el Evangelio, con un corazón misericordioso, se conmueve ante el dolor de los que sufren y sale al encuentro de los pecadores.


La cercanía del Señor hacia los descartados, especialmente hacia los pecadores, recibió las críticas de sus coetáneos, que lo tacharon de blasfemo por arrogarse el poder de perdonar pecados. Ante esta incomprensión, el Hijo de Dios murió en la cruz para perdonar nuestras faltas y para que podamos ser auténticamente libres.


La Iglesia no se formó por hombres intachables, sino por personas que pudieron experimentar el perdón de Dios. Pedro aprendió más de sí mismo cuando cayó en la cuenta, al cantar el gallo, de lo que había renegado a su maestro, que cuando se mostraba superior a los demás con sus ímpetus y formas espontáneas. También Mateo, Zaqueo y la Samaritana, pese a sus fallos, sus pecados, recibieron del Señor la esperanza de una nueva vida al servicio del prójimo.


Hermanos, todos estamos necesitados de la misericordia de Dios, una fuerza que nos transforma y nos devuelve cada día la esperanza. 


Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Veo que hay españoles, que hay panameños, mexicanos, chilenos, colombianos. ¡Cuántos latinoamericanos hay hoy! Los exhorto a ser testigos de ese amor en medio de los hermanos y anunciadores de la misericordia que el Señor no niega a nadie. Que Dios los bendiga y bendiga a sus naciones.


© Copyright - Libreria Editrice Vaticana