Makati, FILIPINAS (Agencia Fides, 30/08/2017) – “Nosotros, los Salesianos de Don Bosco (SDB) de
la Inspectoría Salesiana de Filipinas Norte, estamos profundamente
afectados por la reciente ola de asesinatos. Estar en la vanguardia de
la Pastoral Juvenil en el mundo y en la Iglesia, nuestra tristeza se
transforma en alarma sobre la realidad perturbadora e innegable que
muchos de los que fueron asesinados recientemente son jóvenes
vulnerables, por parte de aquellos que han jurado lealtad a la ley y
tienen el papel de proteger el bien común y salvaguardar a los
jóvenes…”: inicia así la declaración oficial de don Anthony Paul
Bicomong, Superior de la Inspectoría Salesiana de Filipinas Norte, sobre las recientes ejecuciones extrajudiciales en la “guerra contra
las drogas”, llevadas a cabo por el presidente Rodrigo Duterte y la
organización gubernamental.
En el texto, publicado por la Agencia Ans y recibido en la Agencia
Fides, se reitera el compromiso de los Salesianos a seguir las
enseñanzas del “Padre y Maestro de la Juventud, San Juan Bosco”, y a
seguir siendo sólidos en el deseo de formar hombres y mujeres jóvenes
para que sean “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Don Bicomong subraya que no se trata de “un intento velado de tener una
posición por alguna de las partes en conflicto, ya sea de color, de
grupo o de partido” ya que “los valores morales y la moral cristiana van
más allá de la política”, ni de “una condena a ninguna persona, ni
joven ni adulto, que pueda estar involucrado en el tráfico de drogas” y
menos aún de una “condena hacia aquellos que han jurado hacer todo lo
que es legal y moralmente permisible y necesario para frenar la ola de
este peligro claro y presente para la sociedad y una amenaza para el
futuro del pueblo filipino”. “Este es un llamado a la conciencia
colectiva del pueblo filipino, incluyendo aquellos que legítimamente
tienen las riendas del poder político y el orden público, la obligación
de proteger a los ciudadanos y el bien común”.
el texto concluye con este llamamiento: “unidos a la voluntad del pueblo
filipino para liberar a nuestro país de los muchos males que nos
aquejan, incluyendo las amenazas reales que plantea la proliferación de
las drogas ilegales, vinculados con la realidad amplia y emergente de un
sistema político contaminado por las drogas y la corrupción; invitamos a
todos los hombres y mujeres de buena voluntad para luchar y resistir al
mal en todas sus formas, y esto, aparte del flagelo de las drogas,
incluyendo el mal de las ejecuciones extrajudiciales, por cualquier
motivo o finalidad, en particular el de los jóvenes sin el beneficio de
un juicio justo”.