sábado, 26 de agosto de 2017

Videomensaje del Papa FRANCISCO con ocasión del 300 aniversario de la coronación de la imagen de la Virgen de Jasna Góra en Częstochowa

CIUDAD DEL VATICANO (http://catolicidad.blogspot.mx - 26 de agosto de 2017).- Videomensaje del Papa FRANCISCO con ocasión del 300 aniversario de la coronación de la imagen del la Virgen de Jasna Góra en Czestochowa.

VIDEOMENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A LOS PEREGRINOS POLACOS REUNIDOS EN CZĘSTOCHOWA PARA CELEBRAR LOS 300 AÑOS DE LA CORONACIÓN DE LA IMAGEN DE MARIA REINA DE POLONIA

 

Queridos peregrinos,


saludo a todos con gran afecto, especialmente a ustedesvosotros que habeís recorrido largo camino para llegar hoy, junto con los queridos hermanos Obispos y los sacerdotes, a la capital espiritual del País.


Si Czestochowa está en el corazón de Polonia, significa que Polonia tiene un corazón materno; significa que cada latido de vida viene junto a la Madre de Dios. A Ella generalmente le confían todo: el pasado, el presente, el futuro, las alegrías y las angustias de vuestra vida personal y de aquellas de vuestro amado País. Esto es muy bello. Es muy bello para mí recordar haber hecho esto con vosotros, el pasado año, cuando me puse bajo la mirada de la Madre, cuando puse mis ojos en aquellos de la Virgen, confiando a su corazón lo que estaba en el mío y en vuestro vorazón. Conservo viva y grata la memoria de aquellos momentos, la alegría de haber ido también yo peregrino a celebrar, bajo la mirada de la Madre, y 1050 años del bautismo de Polonia


Otra ocasión de gracia los reúne hoy en gran número: hace trecientos años el Papa concedió colocar las coronas papales sobre la imagen de la Virgen de Jasna Gora, vuestra Reina. Es un gran honor tener por Madre una Reina, la misma Reina de los Ángeles y de los Santos, que reina gloriosa en el cielo. Pero da aún más alegría saber que tener por Reina a una Madre, amar como una Madre a Aquella que llamamos Señora. La sagrada imagen muestra de hecho que María no es una Reina distante sentada en un trono, sino la Madre que abraza al Hijo y, con Él, a todos nosotros sus hijos. Es una Madre verdadera, con el rostro marcado, una Madre que sufre porque de verdad se lleva al corazón los problemas de nuestra vida. Es una Madre cercana, que nunca nos pierde de vista; es una Madre tierna, que nos lleva de la mano por el camino de cada día.

 
Esto es lo que les deseo experimentar en el solemne Jubileo que están celebrando: que sea el momento favorable para sentir que ninguno de nosotros es huérfano, en este mundo de orfandad ninguno de nosotros es huérfano, porque cada uno está cercano a una Madre, Reina insuperable de ternura. Ella nos conoce y nos acompaña con su estilo típicamente materno: dócil y valiente al mismo tiempo; jamás invasivo y siempre perseverante en el bien; paciente de  frente al mal y activa en el promover la concordia.
  

Que la Virgen les dé la gracia de alegrarse juntos, como familia reunida alrededor de la Madre. En este espíritu de comunión eclesial, hecho aún más fuerte por el lazo único que une Polonia al sucesor de Pedro, les imparto de corazón la Bendición Apostólica. Y les pido a todos ustedes, por favor, rezar por mí. Gracias.


(Traducción del original italiano: http://catolicidad.blogspot.mx)


© Copyright - Libreria Editrice Vaticana