lunes, 21 de agosto de 2017
“La deforestación y la construcción ilegal están en el origen de la tragedia de Regent”, asegura un misionero
Freetown, SIERRA LEONA (Agencia Fides, 21/08/2017) - “Como siempre nos preguntamos si se podría
haber evitado, si la sabiduría humana podría haber salvado muchas vidas y
muchas cosas construidas con esfuerzo y duro trabajo”, escribe el padre
Gerardo Caglioni, misionero javeriano con una larga experiencia en
Sierra Leona, al comentar la tragedia que ocurrió en la noche del 13 y
14 de agosto, cuando la ladera de la montaña se desplomó en el pueblo de
Regent causando al menos 500 muertos. “Este pueblo fue una de las
primeras ciudades donde se asentaron los grupos de esclavos liberados.
También se abrió la primera escuela cristiana en estas comunidades, la
“Christian Institution”, que creció y se convirtió en la primera
universidad del África negra, el “Fourah Bay College”, a la que se llamó
“el Atenas de África”. El padre Caglioni opina sobre lo que sucedió:
“Para quien ha vivido como yo desde hace años en ese país y trabaja en
esa zona como para conocerla un poco, te
viene inmediatamente a la mente el espectáculo de hace casi 40 años y el
de mi último viaje del año pasado. Colinas enteras que no tienen nada
de verde, el verde que necesariamente una colina o una montaña tiene que
tener. Hace años, se podía ver el humo de los troncos que se usaban
para la preparar el carbón vegetal. Después el bosque desapareció y con
él todo lo que el tenía ese terreno. Se creyó entonces que en las
colinas desérticas se podían construir casas de todos los tamaños sin
una planificación, sin calles, sin drenajes o alcantarillas, sin que
haya una sola ley que impida que se ignoren los permisos de
construcción. ¿Dónde están las escuelas, los ambulatorios, los centros
comunitarios?, ¿de dónde sacan agua para sus necesidades, especialmente
en la estación seca? Hay muchas preguntas sin respuesta, sin planes de
desarrollo y sin planes de emergencia. Y si hablamos de las basuras.
Cada año se ven por las calles de la ciudad de Freetown monta
ñas de
basura con plástico de todo tipo. En la estación seca resulta asfixiante
el olor de la descomposición de la basura por el calor. Durante la
estación de lluvias, muchas veces en la ciudad se ven aluviones que
bajan hacia el mar atascando con desperdicios de todo tipo los desagües y
e inundando las carreteras. Por último, es necesario decir que los
gobernantes deben asumir sus responsabilidades en la administración de
este territorio que cuenta con un millón y medio de habitantes y que es
una bomba de relojería. Es necesario planificar y limitar la entrada de
nuevos habitantes para otorgar un mínimo de seguridad y dignidad a los
residentes. Es necesario repensar la planificación de las zonas
habitadas y aplicar una política urbana. No se debe llorar por errores
no corregidos cuando se pueden y deben evitar”, concluye.