martes, 22 de agosto de 2017
Llamamiento de los Obispos a la unidad nacional: “Stop a la propaganda violenta que puede hundir al país”
Abuja, NIGERIA (Agencia Fides, 22/08/2017) - “Basta de hacer sonar los tambores de guerra”.
Es el título de la declaración firmada por monseñor Ignatius Ayau
Kaigama, arzobispo de Jos, y de Amove Avenya, obispo de Gboko,
-presidente y secretario de la Conferencia Episcopal de Nigeria-,
quienes, en nombre de todos los obispos nigerianos, han expresado su
gran preocupación por el estado de Nigeria afectado por fuertes
tensiones étnicas, secesionistas y sociales 50 años después del
estallido de la guerra de Biafra (1967-1970). Precisamente refiriéndose a
aquel conflicto, los obispos admiten que “es necesario aprender de la
trágica experiencia de la guerra civil, con la destrucción de un gran
número de vidas y de propiedades y cuyos efectos se pueden notar todavía
en nuestros días”, con el fin de evitar que las actuales tensiones den
lugar a una nueva tragedia. “Sin duda, escriben los obispos, en los
últimos dos años en la vida nacional nigeriana han aumentado las
tensiones
étnicas y regionales añadidas a las anteriores tensiones políticas,
religiosas, étnicas y sociales”. Estas tensiones “perfilan el marco de
una nación agitada en la que varios componentes de la población se
sienten excluidos o marginados”. Entre los excluidos hay mucha población
juvenil. “No es un secreto para ninguno que la situación de Nigeria no
es prometedora para las jóvenes generaciones”, asegura el documento.
“Esto ha sido causado por la monumental escala de avaricia y corrupción
de nuestra clase política más mayor que continúa provocando la rabia y
la indignación de los jóvenes. La democracia es reforzada cuando la
clase política, las élites y los ancianos llegan a un consenso para
garantizar la cohesión nacional y un sentido de pertenencia inclusivo de
todos”. “Aquellos que se sienten marginados u oprimidos no deben sacar
una ventaja indebida de la libertad de expresión, con declaraciones
incendiarias que amenazan la unidad y la
supervivencia del país”, advierten los obispos. “Basta de hacer sonar
los tambores de guerra. La guerra es un viento enfermo que no trae
beneficios a ninguno. Tenemos que comprometernos en usar formas más
constructivas de comunicación y de diálogo dentro de un marco
democrático que expulse el perjuicio, la intolerancia o la exhibición de superioridad con respecto a otros”, concluyen los obispos.