Ars sur Formans, FRANCIA (Agencia Fides, 04/08/2017) - “Como responsable de la Congregación
para la Evangelización de los Pueblos, pido a San Juan María Vianney su
intercesión por nuestros seminaristas y por el clero de las jóvenes
iglesias de los territorios de misión encomendados por el Santo Padre a
nuestro cuidado eclesial”. Con estas palabras el Cardenal Fernando
Filoni ha invocado la intercesión del Santo Cura de Ars por todos los
sacerdotes y seminaristas de las jóvenes iglesias, en su homilia
pronunciada durante la Misa solemne que ha celebrado hoy 4 de agosto en
la parroquia de Ars, en Francia, en el día en el que la liturgia de la
iglesia hace memorial del santo patrón de todos los párrocos del mundo.
Precisamente en ese pueblo San Juan María Vianney llevó a cabo su
ministerio sacerdotal confesando, celebrando la misa, enseñando el
catecismo y ayudando a los pobres durante cuarenta años, en una
simplicidad evangélica que atraía hasta Ars a multitudes de hombres y
mujeres precisamente porque, utilizando los gestos más comunes del
cuidado pastoral, no velaba la obra de la gracia.
En su homilía, el cardenal Filoni ha enfatizado repetidamente la fuente
de la que fluía la espiritualidad del Cura de Ars, y que hace que San
Juan Maria Vianney sea un compañero de camino valioso para aquellos que
siguen su vocación sacerdotal en el mundo hoy en día, tan diferente del
de la Francia del siglo XIX. “Aquí”, ha dicho el cardenal “muchos
sacerdotes vienen a encontrar la inspiración para su vida sacerdotal y
hoy yo también soy un peregrino, recordando los años de mi formación en
el seminario, cuando en preparación para el sacerdocio, veía al Santo
Cura de Ars como un modelo de párroco”.
Juan María Vianney – ha dicho el cardenal Filoni entre otras cosas -
frecuentó constantemente las “virtudes santas” de la humildad, la
pobreza, la obediencia y la castidad, “que le llevaron por el camino de
la santidad de vida y, por lo tanto, a una fecundidad pastoral
extraordinaria; por eso atraía la admiración y la estima de muchos
fieles y penitentes en busca de paz interior”. El cardenal prefecto de
Propaganda Fide ha remarcado que la misión de liberación del pecado
realizada por el cura de Ars, en beneficio de su pueblo también incluyó
“la responsabilidad de alertar contra el mal, de amonestar a los
pecadores, para empujarlos a cambiar sus vidas. Al igual que el profeta
Ezequiel, “Juan María Vianney sintió la misma responsabilidad ante Dios:
si no adviertes al impío, si no le hablas para que se convierta de su
mal camino, él, el malvado morirá por su maldad, pero de su muerte -
dice el Señor - Yo te pediré cuentas a tí; por el contrario, s
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advertirás y él no pecará más, vivirá, y tu habrás salvado tu vida”. Hoy
en día - ha señalado el cardenal Filoni - “Juan Maria Vianney continúa
su misión pastoral de una manera diferente, pero no menos eficaz. Este
santuario, sigue siendo un lugar de bien, de oración y de gracia. Aquí
se sigue otorgando misericordia a los que la buscan”.