Kampala, UGANDAAgencia Fides, 22/12/2015) - Uganda ha registrado una de las tasas de
crecimiento más altas del continente africano a pesar de ser un país sin
grandes recursos minerales y que siempre ha vivido de la exportación de
productos agrícolas. Famoso, por desgracia, debido a la sangrienta
dictadura que gobernó entre 1971 y 1979, sigue creciendo a buen ritmo
desde 2001, a menudo por encima del promedio anual del 5%. Los expertos
afirman que la estabilidad política y las reglas de macro-economía
impuestas desde el exterior han sido los pilares del progreso económico.
Sin embargo, a pesar de este éxito, el país sigue sin resolver el
problema principal, la pobreza.
Cerca del 65% de la población vive con menos de 2 dólares al día. Sólo
el 14% tiene acceso a la electricidad. La situación económica es
complicada por varios factores, uno de ellos es el colapso de los
precios de las materias primas. El café, que representa alrededor del
22% de las exportaciones del país, ha disminuido en un 40% en los
últimos 12 meses.
El peso de la industria es mínimo, lo que favorece el mercado de los
productos industriales a bajo costo, en especial de China. Sólo el 8% de
los ugandeses tiene un empleo fijo. La mayor parte de la población vive
de la agricultura y de una economía informal.
Las lluvias torrenciales causadas por el fenómeno El Niño, han dañado
las cosechas haciendo subir los precios de los alimentos. Por otra
parte, con la caída de la moneda local y los altos costos del gobierno
durante el año electoral, la inflación ha llegado al 9%, creando graves
problemas de subsistencia para la población con menos recursos. Para
hacer frente a estos problemas, Uganda ha comenzado a invertir en
infraestructuras, con capital privado y público, así como en la
generación de energía y en las redes de transporte.