''Esos
deseos que lleváis en el corazón -dijo- están ahora en el lugar más
adecuado porque están cerca del Niño de Belén: están confiados al que
'vino a habitar entre nosotros'. Jesús no apareció sencillamente en la
tierra, no nos dedicó solamente algo de tiempo, sino que vino para
compartir nuestra vida y acoger nuestros deseos. Porque quiso y quiere
todavía vivir aquí, entre nosotros y para nosotros. Le importa nuestro
mundo que, en Navidad, se convirtió en su mundo. El Nacimiento nos lo
recuerda: Dios, por su gran misericordia, bajo hacia nosotros para
quedarse con nosotros''.
El
Nacimiento nos dice también que el Señor ''nunca se impone con la
fuerza. Para salvarnos no cambió la historia haciendo un milagro
grandioso. En cambio, vino con simplicidad, humildad, mansedumbre. A
Dios no le gustan las imponentes revoluciones de los poderosos de la
historia y no utiliza la varita mágica para cambiar las situaciones. Al
contrario, se hace pequeño para atraernos con amor, para llegar a
nuestros corazones con su bondad humilde, para llamar la atención con su
pobreza a los que se afanan en acumular los falsos tesoros de este
mundo''.
El
Santo Padre recordó que esa era la intención de San Francisco cuando
inventó el Nacimiento porque, como afirman las Fuentes Franciscanas,
quería ''celebrar la memoria del niño que nació en Belén y contemplar de
alguna manera con los ojos del cuerpo lo que sufrió en su invalidez de
niño''. En esa escena ''la simplicidad recibe honor, la pobreza es
ensalzada, se valora la humildad''. ''Os invito -añadió- a deteneros
ante el Nacimiento porque allí nos habla la ternura de Dios. Allí se
contempla la misericordia divina, que se hizo carne humana y puede
enternecer nuestras miradas. Pero sobre todo quiere mover nuestros
corazones''.
Y
en ese sentido FRANCISCO señaló que en el Pesebre hay una figura que
revela el misterio de la Navidad. ''Es un personaje que hace una obra de
bien inclinándose para ayudar a un anciano. No solamente mira a Dios;
lo imita porque, como Dios, se inclina con misericordia sobre el que lo
necesita. ¡Que vuestros dones que esta noche serán iluminados -finalizó-
atraigan muchas miradas y sobre todo reaviven en la vida la luz
verdadera de Navidad!''.