Argel, ARGELIA (Agencia Fides, 12/03/2016) – “Charles de Foucauld sigue siendo una figura 
ejemplar para nuestro mundo y un testigo del Evangelio. Su vida estuvo 
marcada por la oración, la adoración, el sentido profundo de la 
Eucaristía, pero también por la presencia de Jesús en los más pobres. 
Superó las barreras de la afiliación religiosa, se hizo hombre para todo
 el mundo”. Son las palabras que escriben los Obispos de Argelia en una 
carta que recuerda el centenario de la muerte de Charles de Foucauld 
(1858-1916), que se celebrará el 1 de diciembre de 2016, y motivo por el
 cual se le dedicará un año entero, conjuntamente con el Jubileo de la 
Misericordia.
Las celebraciones iniciaron el 4 de diciembre de 2015, en El Meniaa, 
donde descansa su cuerpo desde 1929, y culminarán el 1 de diciembre de 
2016. Durante este tiempo, “todos estamos invitados, en cada diócesis, a
 celebrar su memoria y a aprender más acerca de su vida y de su 
testimonio”. Una exposición permanente se mantendrá abierta durante todo
 el año en la iglesia de El Meniaa cerca del cementerio donde está 
enterrado, y otra exposición itinerante pasará por diferentes 
localidades. 
En la carta, los obispos recorren la vida de Charles de Foucauld, los 
frutos de su trabajo, hasta llegar a su beatificación, en 2005, así como
 mencionan “su deseo de ser el “hermano universal”, siguiendo el ejemplo
 de Jesús, abierto a la acogida de todos, de cualquier sector social, 
religión o etnia”. 
Los obispos terminan con esta pregunta: “¿Lo seguiremos en su arduo 
camino de imitación de Jesús, como uno de los testimonios por excelencia
 de la misericordia de Dios más allá de todas las fronteras?”.
 
Charles de Foucauld (Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en 
Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con
 su hermana Maria, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la
 carrera militar. Durante la adolescencia, perdió la fe. Durante una 
peligrosa exploración a Marruecos, el testimonio de fe de los Musulmanes
 despierta en él la pregunta sobre la existencia de Dios. Al regresar a 
Francia, comienza una búsqueda encontrando la fe a los 28 años. En una 
peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir e imitar a 
Jesús en su vida de Nazareth. 
 
Vive durante 7 años en la Trapa, primero en N.S. de las Nieves, después 
Akbes, en Syria. Y después de esto vive solo en la oración y adoración, 
con gran pobreza, cerca de las Clarisas de Nazareth. Ordenado sacerdote a
 los 43 años (1901) parte al desierto del Sahara,en Argelia, viviendo 
una vida de oración con el incesante deseo de ser, para cada persona “el
 hermano universal”, imagen viva del Amor de Jesús. En el atardecer del 1
 de Diciembre de 1916, fue asesinado por una banda de bandidos.