Kinshas, REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO (Agencia Fides, 09/03/2016) - El 25 de febrero, el Secretario General de
las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, realizó una visita de 48 horas a la
República Democrática del Congo. En la conferencia de prensa final,
pidió a la clase política congoleña que favorezca un diálogo político
inclusivo, para acordar un calendario electoral consensuado que permita
organizar, de acuerdo con la Constitución, las próximas elecciones de
forma transparente, creíble y pacífica.
Pero al mismo tiempo, expresó su preocupación por las demoras en el
proceso electoral, algo que aumenta la tensión que surge del temor de
que el presidente Joseph Kabila pueda pretender presentarse para un
tercer mandato, y por el aumento de las violaciones de los derechos
humanos y la creciente restricción del espacio democrático. En
particular, por el hecho de que los miembros de la oposición, los
miembros de la sociedad civil, los defensores de derechos humanos y
periodistas están en la mirilla del gobierno.
“Como se puede ver, por una parte, Ban Ki-Moon, se pone come 'abogado
defensor' del diálogo político inclusivo convocado por el Presidente
Kabila, pidiéndole personalmente que garantice su realización. Pero por
otra parte, haciendo referencia a las violaciones de los derechos
humanos y a la disminución del espacio democrático, él mismo parece
reconocer que no existen las condiciones suficientes que puedan permitir
el sentarse todos juntos en la misma mesa para discutir y tomar
decisiones conjuntas que puedan construir un futuro”, dice una nota
enviada a la Agencia Fides por la “Red Paz para el Congo”.
De hecho, más allá de las diferencias y los intereses de partido, lo que
impide la puesta en marcha del diálogo y la preparación de las próximas
elecciones, es el apego absoluto al poder por parte de quién ya lo
posee”, destaca la nota.
La Red de Paz para el Congo subraya que “es la terquedad de querer
mantenerse en el poder lo que deteriora, ralentiza y detiene el proceso
electoral y lo que, durante las elecciones, origina el fraude
electoral”, como se verificó en las elecciones presidenciales y
legislativas de noviembre de 2011.
“Estos ejemplos demuestran que, si es necesario seguir hablando de
diálogo, de inclusión y de consenso, es igualmente necesario pasar de la
fase de los informes y declaraciones a la de las investigaciones y los
procedimientos judiciales, las presiones y sanciones contra quienes
violan los derechos humanos, suprimen las libertades fundamentales de
opinión, de expresión y de manifestación, o no respetan los valores
fundamentales de la democracia”, concluye el comunicado.