CIUDAD DE GUATEMALA (Agencia Fides, 26/11/2016) – “Los centroamericanos que dejan
nuestros países como migrantes y los hermanos extranjeros que emigran a
tierras centroamericanas o transitan por ellas, ocupan un lugar especial
en nuestro corazón de pastores y en el corazón de nuestra Iglesia”.
Esta es la preocupación pastoral principal de los obispos de
Centroamérica, reunidos para la Asamblea Anual del Secretariado
Episcopal de América Central (SEDAC), del 21 al 25 de noviembre en
Guatemala, y que está contenida en el mensaje
publicado al final de los trabajos, recibido en la Agencia Fides.
Inspirados por el Papa Francisco, los obispos exhortan a los jóvenes de
la región a dar vida “a proyectos nacionales y regionales de atención
humanitaria a favor de nuestros migrantes y de los migrantes que llegan a
nuestros países, fortaleciendo los proyectos que ya existen”. La
esperanza es que “nuestra región sea digna casa habitable en donde nadie
tenga necesidad de irse y una casa tan amplia en donde quepan otros
hermanos extranjeros que esperan nuestra solidaridad”.
Entre los aspectos positivos que se han puesto de manifiesto en la
asamblea, los obispos han señalado con satisfacción los progresos en
materia de justicia realizados en algunos países; la presencia solidaria
de la Iglesia denunciando en varios países la explotación injusta e
irresponsable de los recursos de la creación; la profunda espiritualidad
de nuestros pueblos, con la que se aferran a la misericordia del Señor y
no pierden la esperanza en medio de situaciones dramáticas de dolor y
de pobreza; el testimonio de fidelidad amorosa de tantos matrimonios; la
entrega misionera de sacerdotes y agentes de pastoral; la fe alegre y
comprometida de los jóvenes.
“Sin embargo – continúa el texto -, seguimos viendo con suma
preocupación el progresivo avance del relativismo ético, el doloroso
drama de la trata de personas, la violencia que genera el narcotráfico,
la imparable desigualdad económica que hiere nuestras sociedades
generando nuevas formas de pobreza espiritual y material”. Además
también preocupa el retroceso en algunos países en lo que se refiere a
los derechos humanos, gobernabilidad y democracia. “Delante de
realidades tan complejas y difíciles, invitamos a todos a no perder la
esperanza y a testimoniar con la vida la fuerza de la resurrección de
Jesús… Sigamos comprometiéndonos por construir sociedades más justas y
pacíficas”.
Entre los motivos de esperanza, los obispos citan la Jornada Mundial de
la Juventud del 2019, en Panamá, invitando a los jóvenes a prepararse.
“Es también la gran ocasión para que los jóvenes centroamericanos puedan
ofrecer ante el mundo su testimonio de creyentes que forman parte de
una Iglesia mayoritariamente joven, alegre y misionera, enriquecida por
la sabiduría de los pobres y la sangre de sus mártires”.
En el mensaje los obispos reiteran su profunda “comunión de fe y amor
con el Papa Francisco ”, a quien renuevan su gratitud por sus gestos
evangélicos y por su esfuerzo pastoral de renovación de la iglesia bajo
la acción del Espíritu Santo. “Por este motivo hemos dedicado mucho
tiempo a reflexionar sobre la Encíclica Laudato Si’ y sobre la
Exhortación Apostólica Post Sinodal Amoris Laetitia, procurando captar
la novedad evangélica de ambas y buscando juntos formas concretas de
actualizarlas en Centro América”.