lunes, 28 de noviembre de 2016

Santo Padre recibe en Audiencia a los organizadores y colaboradores del Jubileo de la Misericordia

CIUDAD DEL VATICANO (http://press.vatican.va - 27 de noviembre de 2016).-  Esta mañana en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre FRANCISCO ha recibido en Audiencia a los organizadores  y colaboradores del Jubileo Extraordinario de la Misericordia con motivo de la clausura del Año Santo y les ha dirigido el discurso que publicamos a continuación:


“Me alegra recibiros al final  del Jubileo extraordinario para expresaros mi agradecimiento personal por el gran trabajo realizado durante este Año Santo.


Saludo y agradezco en particular, al incansable Mons. Rino Fisichella. A él  y a sus colaboradores del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización había confiado de forma especial la gestión del Jubileo. Ha sido  un año denso, lleno de iniciativas en toda la Iglesia, donde  se ha podido  ver y tocar de cerca el fruto de la misericordia de Dios. La mía, al principio, había sido una simple intuición; el Señor, como siempre,  nos sorprende y va más allá de nuestras expectativas, y así ese deseo se convirtió en una realidad que se ha podido celebrar con tanta fe y alegría en las comunidades cristianas de todo el mundo. La Puerta de la Misericordia abierta en todas las catedrales y santuarios ha hecho que los fieles no encontrasen ningún obstáculo para experimentar el amor de Dios. Ha sucedido algo realmente extraordinario que ahora es necesario incorporar a  la vida cotidiana para que la misericordia se convierta en un compromiso y una forma de vida permanente para los creyentes.


Todos vosotros, de diferentes maneras, habéis hecho posible que este acontecimiento de gracia se celebrase de forma ordenada y segura, con una gran afluencia  de peregrinos y que pusiera de   manifiesto el profundo valor espiritual que el Jubileo representa. Mi agradecimiento va, en primer lugar, al Ministro del Interior  que como responsable de la seguridad ha garantizado a los peregrinos, no sólo en Roma, sino en todo el territorio nacional, que  vivieran este jubileo con la seguridad y la paz necesaria. Junto con él doy las gracias al Jefe de la Policía y de la Policía de Roma, que junto con la Gendarmería del Vaticano han demostrado  que la colaboración mutua brinda realmente servicios de seguridad  de los que todos se benefician. Doy las gracias a los miembros de la Comisión Bilateral entre la Santa Sede y el Gobierno italiano en la persona del subsecretario  de la Presidencia del Consejo. No puedo olvidar al Cuerpo de la  Guardia Suiza y a todas las instituciones  vaticanas, en particular, a la Gobernación y a la Basílica de San Pedro por su gran  dedicación. Un pensamiento agradecido también al esfuerzo realizado por los responsables de la Región del  Lacio, con su presidente, sobre todo  por  la planificación 
meticulosa de las estructuras sanitarias.  A la Secretaría Técnica, presidida por  el prefecto de  Roma que agrupaba  las distintas administraciones, entre las cuales el Ayuntamiento de Roma, un  aplauso por haber hecho posible  el funcionamiento eficaz de todos los eventos del Jubileo.


Por último, mi  vivo  agradecimiento a los muchos voluntarios que han venido de diferentes partes del mundo y todos los que han contribuido con su trabajo diario, a menudo silencioso y discreto, a hacer de este  Jubileo extraordinario un verdadero evento de gracia.


"Si quieres conseguir la misericordia de Dios, sé tú misericordioso". Estas palabras de San Agustín puede confortarnos a  todos . Con vuestro esfuerzo  no solamente habéis dado una aportación eficaz,  sino que  también habéis prestado un servicio auténtico de misericordia a los millones de peregrinos que han venido a Roma. ¡Que vuestro duro trabajo sea recompensado por la experiencia de  misericordia que el Señor no dejará que os falte!. 


Gracias”.